La caza

España es un país de cazadores. Con alrededor de un millón de licencias y más de tres millones de escopetas de caza, disparar a animales inocentes que intentan huir (eso es la caza actual) es el deporte rey en nuestro país. Cazaba el Homo antecessor en las praderas de Atapuerca, cazaba Franco en los cotos del Pardo, y cazan Garzón y Bermejo en las fincas de los amigotes. Aunque lo de estos últimos más que cazar es espantar a las presas: la torpeza cinegética de magistrado y ministro da aire a una oposición que se encontraba en las puertas del taxidermista. Resulta obsceno y propio de una república bananera, como dice Pedro J. Regresamos, en estos días de socialismo de salón, a la España de Berlanga.

Contaba Berlanga que la idea de poner en marcha 'La escopeta nacional' surgió cuando leyó que Manuel Fraga, durante una cacería organizada por Franco, disparó su arma de forma accidental y llenó de perdigones las nalgas de la hija del dictador. De Franco, no de Fraga. El agujereado fue, por tanto, el pandero de María del Carmen, la marquesa de Villaverde. "Quien no sepa cazar, que no venga", dijo Fraga muy ufano. Pero lo dijo años después de la muerte de Franco, puesto que nada más cometer el culicidio le vieron escapar entre las jaras. El de Lugo siempre ha presumido de cazar en cotos ajenos: "nunca tuve dinero para una finca propia. Por eso he de dar las gracias a mucha gente que me invitó a cazar".

Los Leguineche de Berlanga han dado paso a los Leguineche de Zapatero. Y es que cuando uno aún no se ha repuesto de la gomina de Francisco Correa y de las andanzas de 'el rata' y 'el albondiguilla', llega la izquierda exquisita oliendo a pólvora, todo terreno y sangre de venado. Que no es lo mismo, pero tampoco es igual.

No es un delito ir de caza a la finca de unos amigos. Los personajes de la película de Berlanga, cazadores y puteros, rijosos hipócritas y altivos, no necesitaban cometer un solo delito para resultar patéticos. El delito es ser tan torpe como para, siendo magistrado de la Audiencia Nacional y ministro de Justicia, salir de cenas y montería mientras se abre un sumario político de enorme importancia para con el partido en la oposición.

En esta España escopetera son habituales los accidentes de caza: el año pasado 21 personas murieron y 863 resultaron heridas. Lo de Garzón y Bermejo no engrosará ese bloque de estadísticas, pero sí se debería considerar un incidente de caza berlanguiano. "Yo voy al campo para relajarme", acertó a decir el ministro de Justicia.

P.D.

Simplemente lamentable el informativo de mediodía de ayer miércoles en TVE. Dedicaron más tiempo a la autopromoción que a la información, con un bloque final patético formado por tres "noticias" sobre ellos mismos: el éxito de audiencia de su miniserie sobre el 23-F, los premios logrados por TVE en la gala de los TP y la retransmisión esa noche del partido de fútbol entre las selecciones de España e Inglaterra. Un informativo comercial, ramplón, absolutamente indigno de una televisión pública.

La retransmisión del tan vendido partido de fútbol tampoco fue un ejemplo de buena televisión. Inundaron de molesta publicidad la parte inferior de la pantalla, ofrecieron una realización infame (no se pudo ver el fuera de juego que acabó en gol anulado) y abrieron pequeñas e innecesarias ventanas, con imágenes de los comentaristas, estando el balón en juego. Todo lamentable, pero no tanto como los comentaristas. Me limitaré a reproducir una conversación entre ellos, con el jugador inglés David Beckham como protagonista, en la que queda claro su altísimo nivel de preparación:

— Comentarista femenina: "Es que es muy guapo David Beckham".

— Comentarista masculino: "Es posiblemente más guapo que mejor futbolista".

— "Nos quedamos con su cartera y ya está", sentenció un tercer comentarista.

Un motivo para no ver la televisión

Hoy dos motivos, en forma de sendos vídeos. El primero, la versión que los asturianos Stormy Mondays hacen en directo del 'Caravan' de Van Morrison. El segundo, el viejo tema de Bruce Springsteen 'Highway Patrolman', incluido en el genial 'Nebraska', en un montaje con subtítulos en castellano de un seguidor del de New Jersey.