El escritor Merino defiende el microrrelato en un mundo dominado por best-seller

Valladolid.-  El escritor y académico José María Merino, galardonado hoy con el Premio Castilla y León de las Letras, ha valorado las posibilidades que ofrece uno de los géneros que más ha cultivado en los últimos años: el microrrelato, por su fácil adaptación en el actual mundo literario dominado por el best-seller.

En una entrevista con Efe, el escritor nacido en La Coruña pero afincado en León desde su infancia, ha saludado el premio que le acaban de conceder como algo bueno "para cuerpo y espíritu", sobre todo por el orgullo que le merece el hecho de que antes lo hayan recibido autores como Miguel Delibes y Antonio Gamoneda.

Con una trayectoria de más de 35 años a las espaldas, el escritor, ensayista y poeta, de 67 años, ha reconocido que el microrrelato "puede ser lo más apropiado" dentro del actual estado de vida rápida, caracterizado por la mayoritaria presencia de novelas de usar y tirar que producen "enormes beneficios".

Sin embargo, asume que para leer un libro de este género "hay que tener el gusto de leer", ya que "no es tan fácil conseguirlo así, de repente".

Merino publicó su primer libro en 1972, el poemario "Sitio de Tarifa", y fue cuatro años más tarde cuando sacó su primera novela, "Novela de Andrés Choz", a la que siguieron una decena más y una abundante muestra de microrrelatos recopilados en 2007 dentro de "La glorieta de los fugitivos".

"Sería ideal que para los tiempos que corren fuéramos unos buenos lectores", ha reflexionado antes de reconocer que, pese a todo, la raíz de la escritura y de los novelistas sigue viva, que la gente joven está haciendo muy buena literatura.

En cuanto a la poesía, el escritor lo tiene claro: "No quiere saber nada de mí".

Su debut fue un libro de versos, pero hace ya casi tres décadas que dejó de cultivar ese género, quizá porque en aquellos primeros días el modo de expresarse era "tal vez más juvenil", y percibía ya que su poesía era muy narrativa y que estaba más obligado a pasarse a ese otro mundo literario.

Como ocupante del sillón "m" de la RAE, no ha dudado en considerar que la lengua española atraviesa un momento espléndido y de que "podemos sentirnos satisfechos por su estado", ya que se ha conseguido "entre unos y otros" que sea un idioma diverso, lleno de vocabularios y melodías que mantienen las estructuras básicas.

Entre sus manos tiene una novela, ya corregida, que saldrá en breve, además de diferentes cuentos, porque aunque ahora se premia su trayectoria, él ve de lejos el retiro, ya que piensa "morir con las botas puestas".