La justicia es un cachondeo

La frase que sirve de título a este post es sensacionalista, demagógica y, sin duda, exagerada. Pero es una frase histórica: Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, alcanzó la cumbre de su carrera política cuando la pronunció, en 1985, tras la suspensión de la orden de derribo de un chalet de Bertín Osborne. Hoy, por repetida y manoseada, la frase ha perdido gran parte de su primitiva frescura. Pero sigue sonando razonable, ¿verdad?

Alberto Estévez (EFE)

Expedientes de casos en espera.

Huelga de jueces. Sólo una huelga a la japonesa sería capaz de devolvernos la confianza plena en la justicia a aquellos que, por ponerles un ejemplo, seguimos el Caso Fabra. ¿Saben ustedes que ya han participado siete jueces en la instrucción de este caso? ¿Y que actualmente ningún juez quiere ir al juzgado de Nules, donde se investigan los presuntos delitos contra la administración pública y fraude fiscal del presidente del PP y de la Diputación de Castellón? ¿Y que el Consejo General del Poder Judicial ha confirmado que esa plaza ha quedado desierta por falta de peticionarios? ¿Y que el caso Fabra carecerá de juez titular como mínimo hasta el próximo mes de julio? ¿Y que entonces será un juez novato, recién incorporado a la carrera judicial, quien se hará cargo de uno de los casos de corrupción política más importantes del país, cuyo sumario supera ya los 20.000 folios? En otros juzgados saturados nombran un juez de refuerzo. ¿Por qué no en Nules?

"Lo que sostengo es que la justicia no es sino lo que interesa al más poderoso", adelantó el bueno de Platón. Otra referencia en el mundo de la filosofía, Ana Rosa Quintana, no está de acuerdo con su colega griego. "Yo creo que va a haber justicia, de verdad, Eva", le dice Ana Rosa a la madre de la niña asesinada en Sevilla. ¿Alguien lo duda? La hipocresía de la presentadora de Telecinco, escoltada por su propio ángel de la muerte (Nacho Abad), crece al mismo ritmo que su audiencia y su cuenta corriente. "¿Por qué sacas estas fuerzas, Eva? Tú también tienes derecho a llorar a tu hija", le suelta finalmente a la madre, en lo que podríamos entender como una súplica: ¿qué mejor lugar para deshacerse en lágrimas que el programa de A.R., y en riguroso directo?

"La justicia es la sanción de las injusticias establecidas", asegura el escritor francés Anatole France, que se suma al cruce de genialidades entre Platón y Ana Rosa. Pero, ¿y si no hubiera una sola justicia? Es evidente, por ejemplo, que hay leyes y leyes. Sin ir más lejos, la famosa Ley de la Memoria Histórica. Supuestamente con intención de cumplirla, Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, propuso sustituir el nombre de la calle General Sueiro (Capitán General de la VI Región Militar que se sublevó con Franco) por alguien tan dudoso como el militar rebelde: Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Ni por esas. De momento la calle del General Sueiro se queda como está... y Escrivá de Balaguer estrenará la suya propia. ¿No queríais sopa? Pues dos tazas. ¡Qué enorme avance democrático! ¡Qué impecable manera de cumplir la Ley de Memoria Histórica!

Me despido por hoy con tres imágenes tomadas ayer mismo, 18 de Febrero, en un pueblo de Toledo llamado Cervera de los Montes. ¿La justicia es un cachondeo, si o no?

Un motivo para no ver la televisión

El poder del perro.
Autor: Don Wilson.
Editorial: Mondadori roja & negra.

"La justicia no existe, y tú no te tomas en serio la venganza. Tú no eres mexicano. No hay muchas cosas que nos tomemos en serio, pero la venganza es una de ellas". Un policía mexicano habla en estos términos a un policía estadounidense. Juntos han capturado a un importante narco. El poli mexicano propone pegarle un tiro en ese momento. El yanky prefiere enchironarle. Poco después, el capo está en libertad...

Hace tiempo que no leía un libro tan intenso, tan demoledor, tan despiadado y violento como éste. Una obra maestra absoluta de total actualidad. Y es que mientras escribo estas líneas, leo en el periódico del día: "Un grupo de sicarios mata al jefe de la Policía de Ciudad Juárez". Una noticia nada sorprendente: México vive sumergido en una oleada de violencia brutal. Es el resultado de años de tráfico de drogas, desde Colombia hasta Estados Unidos con escala en diferentes puntos del centro de América. Y con México como puerta de acceso. No podía ser de otra manera con ingredientes tan explosivos como políticos podridos e incompetentes, policías corruptos y traficantes crueles e insaciables. Aliñen todo esto con una lluvia de drogas, dólares y balas.

'El poder del perro' es la gran novela sobre el tráfico de drogas. Wilson demuestra que puede ser tan crepuscular como Cormack McCarthy, tan deprimente como Charles Bukowski, tan realista como George Pelecanos... Una combinación de habilidades literarias que le convierte en un escritor sorprendente, incisivo, impactante. Les dejo con un párrafo tremendo, en el que un narco, Raúl, da una lección a dos de sus camellos, que han intentado robarle una partida de cocaína que debían llevar desde México a Monterrey...

Raúl no está contento.Tiene las manos de un camello extendidas bajo una cortadora de papel.

- ¿Tu madre no te enseñó nunca a guardarte las manos en los bolsillos? - le pregunta.

- ¡Sí!- chilla el camello. Tiene los ojos desorbitados.

- Tendrías que haberle hecho caso- dice Raúl.

Entonces apoya todo su peso sobre la hoja, que cercena las muñecas del camello. Los polis llevan al tipo corriendo al hospital porque Raúl ha dejado muy claro que quiere vivo al hombre sin manos, y paseándose por ahí como un tablero de anuncios humano. El otro camello fugitivo consigue llegar a Monterrey, pero encadenado y amordazado en el maletero de un coche que Raúl conduce hasta un aparcamiento desierto, rocía con gasolina y prende fuego.