La huella más antigua de un pie como el tuyo tiene 1,5 millones de años

Unas huellas encontradas en Ileret, al norte de Kenia, sugieren que uno de nuestros primeros ancestros andaba con un pie anatómicamente moderno ya hace unos 1,5 millones de años. Esta interpretación fisiológica es la conclusión a la que ha llegado un equipo internacional de investigadores tras descubrir y analizar estas impresiones fosilizadas, las más antiguas encontradas hasta la fecha, según publica la revista Science en la portada de su último número.

Un grupo de homínidos Homo ergaster transita las viejas tierras africanas de Ileret. Son zonas ricas en animales de otras especies, como antílopes o gacelas. En un día de lluvia, los futuros Homo sapiens caminan rápido sobre suelo mojado y fangoso mientras dejan evidencias de su existencia que perdurarán en el tiempo. O así podría haber sido. En la actualidad, investigadores de la unidad de paleontología del Rutgers' Koobi Fora Field School, proyecto común entre la Universidad de Rutgers de New Jersey y los Museos Nacionales de Kenia, han encontrado varias huellas fosilizadas que tras ser analizadas, se han datado en 1,5 millones de años. Se trata de las huellas modernas más antiguas de un homínido, el primer pie, que encaja en el tiempo con la emergencia del Homo ergaster.

Con brazos más cortos y piernas más largas, los ergaster son considerados los primeros homínidos en tener las mismas proporciones corporales que los Homo sapiens modernos, circunstancia que añade valor al descubrimiento mejorando incluso las famosas huellas sobre cenizas de Laetoli, en Tanzania, que aunque más antiguas, unos 3,75 millones de años, presentan aún características propias de simio. Pero estas evidencias del pasado van más allá y "no sólo informan de los restos del esqueleto del Homo ergaster sino también sobre su locomoción", afirma Jack Harris, investigador de la Universidad de Rutgers y codirector de la excavación.

Una de las huellas fosilizadas. (Imagen cortesía del profesor Mathew Bennett, Boumemouth University)

Las huellas fosilizadas fueron descubiertas en dos capas de material sedimentario. La primera de ellas presentaba tres rastros: dos correspondientes a un par de huellas y un tercero procedente de un conjunto de siete impresiones. La otra capa, a cinco metros de profundidad, preservaba la pista de dos huellas cercanas y otra más alejada, probablemente debida al paso de un miembro joven. Al finalizar el trabajo de campo, el equipo envió las huellas a la Universidad de Bournemouth, en Reino Unido, donde fueron escaneadas con láser, digitalizadas y comparadas con fósiles de otros homínidos y huellas de humanos modernos.

Los resultados obtenidos confirmaron que las huellas de Ileret muestran todos las características propias de una zancada humana típicamente moderna: empeine arqueado —lo que suele asociarse a un caminar bípedo—, dedo gordo paralelo al resto en una configuración cerrada —en oposición a las de Laetoli que son más abiertas para permitir subir a los árboles con facilidad— y la característica transferencia de peso desde el talón a hasta la punta del pie a través de la planta. Basándose en el tamaño de las huellas, sus modernas características anatómicas y en las estimaciones de la altura y el peso del homínido, que surgen precisamente del análisis de las huellas, los investigadores atribuyen estos restos del pasado a la especie de Homo ergaster, que se piensa habitó tierras africanas hace unos dos millones de años y que posteriormente se convirtió en el primer homínido emigrante al extenderse hacia Asia y Europa.

* Eugenia Angulo es periodista especializada y trabaja en la empresa de divulgación científica DIVULGA.