Magia contra la vuelta del PP y para el regreso al PSOE de los desencantados

Santiago de Compostela.-  El alcalde socialista de Burela, Alfredo Llano, es, tal vez, uno de los miembros del PSOE que más seguro tiene que el PP no regresará a Galicia tras las elecciones del 1 de marzo, para las que el candidato Touriño ha insistido en reclamar el voto de aquellos que le votaron y que ahora pueden estar desencantados.

El pasado miércoles, el alcalde de Burela, mago aficionado, hizo en una cena con periodistas una palpable demostración de su fe en la victoria de los socialistas con un contundente truco.

"Esto es lo que le va a pasar al PP el 2 de marzo", dijo cogiendo un pañuelo rojo que guardó al cerrar el puño. Luego abrió la mano y lo hizo desaparecer con asombrosa facilidad, ante la mirada atónita de los comensales.

Pero tanto el propio candidato como el resto de líderes que le acompañaron en cada mitin no se fían tanto. Desde la apertura de la campaña en Santiago, Emilio Pérez Touriño se ha esforzado en pedir la participación, consciente de que, al igual que hace cuatro años, una cita masiva con las urnas puede ser decisiva para que conserve la Presidencia de la Xunta.

"Quedarse en casa es igual que votar al PP" o "los populares quieren ganar con la gente en casa" son algunas de las proclamas que el candidato a la reelección ha reiterado hasta la saciedad en cada mitin.

En los cerca de 4.500 kilómetros que ha recorrido la caravana socialista, Pérez Touriño ha desgranado numerosas propuestas de carácter social, que ha confrontado con lo que considera falta de ideas del PP o sus pretensiones de abaratar el despido o recortar derechos, según explicó en cada acto electoral.

Por la campaña socialista han desfilado, además, los problemas internos del PP, un partido "en crisis que no puede gestionar una crisis", en palabras de Touriño, que también ha centrado su discurso en criticar al "cobardica" o "cenizo" de su adversario popular, Alberto Núñez Feijóo, por no acudir al debate que había sido organizado por TVG.

Para el candidato socialista y para el resto de dirigentes que han participado en la campaña, el PP pretende desmovilizar al electorado. También han lamentado la campaña "sucia" de los populares que, en opinión del PSOE, tratan de hacer creer que todos los políticos son iguales y que, por ello, no merece la pena acudir a las urnas.

Pérez Touriño también ha reiterado la necesidad de que Galicia no vuelva al pasado y en numerosas ocasiones ha reprochado el lema del PP, "Empezamos", puesto que Núñez Feijóo era vicepresidente con Manuel Fraga. "Vaya morro y vaya cara", llegó a decir del candidato popular.

Arropado por José Luis Rodríguez Zapatero en tres ocasiones en campaña, Pérez Touriño apenas ha tenido críticas directas a sus socios del BNG, aunque sí intentó distanciarse cuando dijo que nunca pasará "por el aro" de la imposición lingüística, "ni de unos ni de otros".

Además, en la recta final de la campaña, Pérez Touriño ha hecho abierta autocrítica y se ha empeñado en destacar los logros de su Gobierno que, según admitió, tal vez no han sabido vender bien a los ojos de la opinión pública.

Por ello, ha pedido el voto a aquellos votantes socialistas que ahora se muestran "desencantados", para impulsar el cambio en los próximos cuatro años, al igual que el apoyo de quienes sufren las "dentelladas" de la crisis económica, de la que no se ha cansado de repetir que sólo se saldrá "arrimando el hombro" entre todos, para lo que prometió sentarse tras las elecciones con todos los agentes sociales y partidos políticos.

Por si la magia del alcalde de Burela no llegase para derrotar al PP, Pérez Touriño ha preparado un final de campaña de vértigo: la vuelta a Galicia en un día: hoy recorre las cuatro provincias en busca del voto de los gallegos, a los que dijo que no renuncia a obtener una "mayoría" para gobernar "sin ataduras".