¿Éste es el hombre que manda realmente en Rusia?

Mientras el presidente ruso, Dmitri Medvedev, cerraba hoy ambiciosos acuerdos bilaterales de cooperación energética en Madrid, las encuestas en Rusia —realizadas al hilo de las elecciones regionales del pasado fin de semana— seguían dando a su protector, Vladimir Putin, los máximos índices de popularidad entre los políticos del país, con cifras que oscilan entre el 60 y el 80% según los sondeos. Para la mayoría de los rusos, Putin es también quien toma las decisiones.

(REUTERS)

Medvedev, en Moncloa.

Hace exactamente un año que Medvedev fue elegido presidente, el tercero desde la caída de la Unión Soviética, pero el triunfalismo de su victoria se disipó hace tiempo. La crisis global está golpeando con fuerza a Rusia: su economía se contrajo en un 8,8% de tasa anual en enero (según las últimas estimaciones de las autoridades rusas), el rublo se está devaluando a gran velocidad, la producción ha caído un 16% en un año y los 10 máximos multimillonarios rusos perdieron unos 150.000 millones de dólares en el 2008.

El delicado equilibrio de poderes entre el presidente Medvedev y el primer ministro Putin no es ajeno a este seísmo. Diversos observadores políticos rusos han registrado indicios de que el protegido Medvedev, el sucesor que llegó de la mano de Putin al Kremlin, da señales de cierta independencia y ha empezado a expresar veladas críticas.

«En diciembre el presidente ya dijo que el Parlamento no estaba haciendo lo suficiente para hacer frente a la crisis. No llegó a nombrar a Vladimir Putin directamente, pero la insinuación era clara», comentaba el analista Dmitry Orershkin a la BBC. En una reunión reciente con responsables de economía el presidente ruso subrayó también que las medidas en respuesta a la crisis (de las que Putin en calidad de Jefe de Gobierno es responsable en última instancia ), eran "inaceptablemente lentas" y que, en vez de las prometidas medidas reformistas, sólo había «palabras y más palabras».

"Antes, el precio de los errores políticos, los malentendidos, o la ineficacia era cero; pero la crisis económica está cambiando eso", señala en conversación telefónica desde Moscú Aleksander Konovalov, del Instituto de Evaluación Estratégica. "Los rusos se han acostumbrado a una notable mejora de su nivel de vida en los últimos años; y si las circunstancias continúan empeorando, no tardarán en empezar a buscar culpables y en pedir cabezas. Tradicionalmente, la responsabilidad en estas cuestiones, por la fórmula de reparto de poderes en Rusia, es del Primer Ministro, o sea de Putin".

Konovalov opina que puede llegarse a una situación en la que «sea necesario sacrificar al Primer Ministro pasa salvar a los actuales gobernantes; ofrecerle al público una víctima». Pero más allá de que la relación entre Putin y su protegido se esté agrietando, la cuestión es si Medvedev tendrá la fuerza para destituir al político más popular de Rusia.

A sus 43 años, el actual presidente no tiene el carisma de Putin, de 56, quien se ha forjado un aura de hombre de acción en las múltiples instantáneas que lo captaron pilotando jets, pescando con el pecho al desnudo o practicando artes marciales. Ante todo, como ex agente de la KGB, Putin se identifica con el grupo de seguridad conocido como los siloviki y con él mantienen fuertes lazos de lealtad un grupo de liberales de su ciudad natal, San Petersburgo. Medvedev está enfrentando con miembros clave del grupo de los siloviki, como el viceprrimer ministro y aliado de Putin, Igor Sechin, "tiene menos amigos, y muchas menos figuras políticas que él nombra directamente", señala Konovalov.

Con todo, algunos observadores han interpretado las recientes críticas pronunciadas por Medvedev como señal de que está dispuesto a enseñar su musculatura política al Primer Ministro. "Por el momento, los problemas entre esta pareja no me parecen demasiado graves, creo que son más bien un juego para controlar el país: Putin hace el papel de poli malo, y Medvedev, de bueno", concluye Konovalov. "Pero si la crisis se hace más profunda y dolorosa, es posible que Medvedev tenga que hacer una demostración de su poder".