Fármacos contra la vascularización de tumores aumentan luego la capacidad invasiva

Barcelona.-  Los fármacos que impiden la vascularización de los tumores son efectivos inicialmente, pero después incrementan su capacidad invasora para resistir a la terapia, según un estudio realizado en modelos animales y que publica la revista "Cancer Cell".

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(EFE)

Una investigadora en su laboratorio. EFE/Archivo

El trabajo, dirigido por Oriol Casanovas, del Instituto Catalán de Oncología-IDIBELL, y Douglas Hanahan, de la Universidad de California en San Francisco, destaca que los tumores resisten a la restricción de sangre y nutrientes, volviéndose más agresivos, y que esto aumenta incluso la probabilidad de metástasis.

En los últimos años se ha desarrollado una nueva generación de compuestos contra el cáncer, denominados inhibidores de la angiogénesis, cuya función es impedir el suministro de sangre y nutrientes a las células cancerígenas, con lo que se pretende "matar de hambre" al tumor.

Según ha explicado Oriol Casanovas en un comunicado, "la capacidad de los inhibidores de la angiogénesis para matar de hambre a los tumores ha supuesto una mejora en el tratamiento de ciertos cánceres, pero inevitablemente éstos desarrollan alguna forma de resistencia para adaptarse a la terapia y seguir creciendo".

Los investigadores han estudiado el efecto de dos fármacos inhibidores de la angiogénesis, un anticuerpo bloqueante del receptor 2 de VEGF y un inhibidor químico llamado sunitinib, en ratones afectados de tumores neuroendocrinos pancreáticos y de tumores cerebrales de tipo glioblastoma multiforme.

Las mismas fuentes han señalado que en los dos modelos estudiados los tumores se reducían o estabilizaban con los fármacos contra la vacularización, pero no desaparecían durante las primeras semanas del tratamiento.

Además, se ha visto que después de este beneficio inicial había una respuesta de adaptación del tumor a la terapia, donde los glioblastomas aumentaban su invasión en tejido normal adyacente, y los tumores neuroendocrinos hacían además metástasis en el hígado.

Para los científicos, "un tumor bien vascularizado está alimentado y contento y no tiene necesidad de ser más agresivo", y defienden la hipótesis de que "al cortar el suministro de sangre se impulsa al tumor a ser más invasivo para acceder al oxígeno y nutrientes que le faltan".

Los resultados de este estudio coinciden con los obtenidos en varios ensayos clínicos, según los cuales en ciertos tipos de cáncer los fármacos antiangiogénicos son efectivos y mejoran la supervivencia de los pacientes, pero a menudo sus efectos no perduran más allá de varios meses.

Los resultados de otros ensayos clínicos demuestran que los glioblastomas humanos también se adaptan a los fármacos antiangiogénicos, y que un grupo de pacientes desarrollaron posteriormente el tumor en distintas localizaciones.

Los científicos recomiendan que, además de poner en marcha nuevos estudios, se combinen los fármacos inhibidores de la angiogénesis con otros compuestos que bloqueen la capacidad de invasión y metástasis.

Consideran que algunas estrategias de tratamiento que combinen los inhibidores de la angiogénesis con otros inhibidores químicos o con cierta quimioterapia podrían proporcionar el beneficio de los primeros sin desencadenar la subsiguiente invasión o metástasis.