Tokio pide una respuesta contundente de la ONU a la "provocación" norcoreana

Tokio.-  Japón quiere una respuesta contundente de Naciones Unidas al lanzamiento "extremadamente provocador" de un cohete de largo alcance por parte de Corea del Norte, que hoy sobrevoló su territorio sin causar daños.

Minutos después de informar de la prueba de Corea del Norte, supuestamente para poner en órbita un satélite pero que demuestra su capacidad de disparar a miles de kilómetros de distancia, Tokio había pedido la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad y presentado una protesta contra el régimen comunista.

Durante toda la jornada el Gobierno nipón intentó recabar apoyos con vistas a la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de esta tarde (lunes en Japón), de la que espera una nueva resolución contra un acto que "amenaza la paz y la seguridad en la región", según la protesta formal presentada contra el régimen norcoreano.

Tokio, Seúl y Washington creen que la prueba norcoreana viola la resolución 1718 de la ONU, emitida en 2006 tras su criticado test nuclear y que le impide disparar misiles balísticos, y que es merecedora de nuevas sanciones.

El ministro de Exteriores, Hirofumi Nakasone, indicó que los tres países tratarán de lograr en la ONU la "cooperación" de China y Rusia, países con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad y con los que admitió que ahora "hay diferencias".

El Gobierno chino pidió "calma y moderación" tras el lanzamiento mientras el Ejecutivo ruso insistía en que todo indicaba que se trata de un satélite y reclamaba también tranquilidad.

Para el primer ministro japonés, Taro Aso, sin embargo, se trata de "un acto extremadamente provocador que llega después de numerosas advertencias del mundo, especialmente de Estados Unidos", y por tanto "no puede ser pasado por alto".

Previamente, el ministro portavoz, Takeo Kawamura, había calificado de "lamentable" lo sucedido e insistido en que, aunque sea un satélite, "lo consideramos una prueba de un misil balístico y pensamos que debe ser tratado en el Consejo de Seguridad".

El cohete de largo alcance disparado hoy por Pyongyang tiene capacidad de portar un misil, por lo que se considera esta prueba como un paso más en el desarrollo del programa armamentístico norcoreano.

Durante la jornada, el ministro Nakasone desarrolló una intensa actividad diplomática y mantuvo conversaciones telefónicas, entre otros, con su colega chino, Yu Myung Hawn, con la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y con su homólogo surcoreano, Yu Myung-hwan, para asegurar una respuesta firme de la ONU.

Los responsables diplomáticos de Tokio, Seúl y Washington creen una "provocación" el lanzamiento norcoreano, un evidente desafío a sus países tras semanas de advertencias que finalmente han caído en saco roto.

"Va en contra de las conversaciones a seis bandas y de otros esfuerzos para lograr la paz y la estabilidad en la región del Noreste de Asia", concluyeron los ministros, según la agencia Kyodo.

A la vez, el Gobierno japonés presentó una protesta formal contra Corea del Norte a través de su Embajada en Pekín contra una prueba que ve "incompatible" con las negociaciones a seis bandas sobre la desnuclearización norcoreana.

Además, Japón había desplegado equipos interceptores de misiles por temor a que un fallo en el disparo hiciese que el cohete cayese sobre su territorio, pero al menos en este sentido pudo respirar tras el lanzamiento de las 02.30 GMT.

El Ministerio nipón de Defensa cree que la primera fase del cohete se precipitó en aguas del Mar de Japón (Mar del Este) a unos 280 kilómetros de la costa nipona de Akita sobre las 02.37 GMT.

Después siguió el rastro del cohete hasta unos 2.100 kilómetros de distancia de tierra firme y desconoce qué ocurrió posteriormente, mientras Corea del Norte asegura que la prueba fue exitosa y logró colocar en órbita el satélite.