Ciudad de México, vacía al inicio del largo festivo por el miedo a la gripe A

México.-  Ciudad de México amaneció hoy desierta al comenzar el largo festivo por el Día del Trabajo y la celebración de la Batalla de Puebla, el próximo martes, debido a la suspensión generalizada de actividades y la recomendación a los ciudadanos de que se queden en su casa para prevenir la propagación de la gripe A.

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Avenidas habitualmente colapsadas por el tráfico fluían hoy sin mayor problema, y el silencio casi sepulcral reinante contrastaba con el habitual bullicio de esta gigantesca urbe de nueve millones de habitantes, 20 millones si se toma en cuenta su zona metropolitana.

Las tradicionales manifestaciones que se convocan todos los años el 1 de mayo brillaron también por su ausencia.

Solamente en el céntrico Zócalo, la mayor plaza pública de América Latina, una treintena de ciudadanos reivindicaron hoy los derechos de los trabajadores, sin que sus voces tuvieron eco, salvo en algunos periodistas y curiosos.

Los centros comerciales reflejan también el miedo de los capitalinos a la epidemia. Envueltos en un profundo silencio, lucen sin gente y con la mayoría de sus locales cerrados, excepto los pocos restaurantes y cafeterías todavía abiertos, con el cartel de que sólo ofrecen servicio a domicilio.

Uno de los pocos puntos con actividad a primera hora de la mañana era la sede del Ministerio de Salud, donde el Gobierno informó que, aunque la situación parece mejorar, el número de muertos ha ascendido a 15 y el de casos de contagio a 343.

José Donaciano, vendedor de periódicos en los semáforos del Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la ciudad, indicó a Efe que México "hoy está solo, no hay circulación ni vehículos".

"Pienso yo que se debe a que es día festivo y también a que el Presidente (Felipe Calderón) dijo que mejor había que descansar en casa estos días por el virus que anda por aquí", opinó.

Donaciano, ataviado con guantes y mascarilla, explicó que "por lo regular los sábados y domingos baja el tráfico como un 60 por ciento, pero hoy, a primera hora, ya ha bajado más de un 70 por ciento".

Miguel Ángel Ortiz, conductor de un "pesero", los microbuses de transporte público que inundan la ciudad, lamenta que hoy todavía ni un cliente se haya subido a su vehículo, lo que nunca antes le había sucedido.

"No hay nada de gente, todo está cerrado", afirmó Ortiz, que salió más tarde porque durante toda la semana ya había ido cayendo la clientela.

"Como no hay gente, no tiene sentido gastar combustible", afirmó.

El policía turístico Santos Santiago, uno de los agentes que vigila a caballo el centro de la capital, añadió a su acostumbrado traje típico mexicano, sombrero incluido, una mascarilla blanca nada tradicional.

Haciendo guardia por la Alameda Central, reconoció que hay muy poca gente en este parque que normalmente rebosa de vida, lleno de puestos de artesanías y familias paseando.

"Por la enfermedad bajó el (flujo) turístico, casi no hay gente", se lamentó.

Afirmó que con la alarma, y aprovechando el puente (la unión de días festivos al fin de semana), como todo está cerrado la ciudad se ha quedado "automáticamente vacía".

Roman, un turista francés, aseguró que no tiene miedo de estar en México.

"Estoy bien en México, la influenza porcina es un problema internacional, es el mismo problema para todos los países", dijo.

Aunque sólo lleva un día en México y todos los museos, teatros, zonas arqueológicas, tiendas, bares y restaurantes están cerrados, dijo no molestarle, porque así puede pasear tranquilo por las calles.

El miércoles pasado, en un mensaje a la nación, Calderón pidió a los mexicanos permanecer en sus casas estos cinco días, en los que no hay actividades públicas ni privadas, solamente aquellas consideradas prioritarias para que la actividad económica se mantenga y los servicios básicos y los alimentos estén garantizados.

Sin embargo, muchos capitalinos han decidido huir de esta ciudad, la que más contagiados y muertos presenta del mundo, a Acapulco y Cuernavaca, ciudades típicamente vacacionales.