¿Qué hace ese tío en el trono?

No se echen las manos a la cabeza ni se escandalicen que no lo decimos nosotros, lo dice el habla popular y el refranero que desde tiempo inmemorial abordó la humana naturaleza de monarcas y pontífices. La novedad es que, esta semana, la empresa Colhogar ha publicado un estudio que arroja luz sobre esas otras cosas que hace el español medio cuando acude al baño y cuyos datos revelan que este habitáculo en un completo centro de ocio.

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Con fecha 5 de mayo de este año, la compañía Colhogar ha hecho público un estudio en el que se detallan los hábitos de los españoles a la hora de hacer sus necesidades. Una forma de desacralizar y desdramatizar este hecho cotidiano que enlaza con la estrategia de sus últimas campañas que, bajo el eslogan de "Momento Colhogar", abordaban el tema con naturalidad y un guiño simpático.

Realizada con una muestra de medio millar de personas, la encuesta revela que un 90% de los españoles acuden al cuarto de baño entre una y dos veces al día, preferiblemente por la mañana. Lo curioso del asunto es que, además de para obrar, el ciudadano español concibe este habitáculo como un centro de ocio donde se puede escuchar la radio, hacer crucigramas, enviar ese SMS que ha quedado pendiente por no encontrar un hueco en la apretada agenda laboral o leer.

Curiosamente, en este último apartado, los best sellers o best readers por orden de popularidad son la prensa, los folletos publicitarios, los tebeos, el correo ordinario y las etiquetas de champú.

Pero no todo es tan frívolo y divertido. Según los señores de Colhogar, grandes decisiones, como reflexionar sobre la propia vida o resolver cambiar de trabajo, suelen abordarse en dicho lugar durante dicho momento. O lo que es lo mismo, y trasladando este dato a la vida cotidiana, muy probablemente hechos históricos recientes como la Guerra de Irak, o trascendentales para la vida española como el despido de Fegueguico, el cheque bebé, las reformas económicas, el matrimonio morganático o el nuevo gabinete ministerial, han sido decididos en semejante tesitura. Algo que no es de extrañar cuando nos enteramos de que un 50% de los encuestados siente mucha satisfacción al deponer, un 43% tiene una satisfacción moderada y un 7% no obtiene satisfacción alguna.

El informe concluye con un análisis de las virtudes del papel higiénico (destaca su suavidad), los usos alternativos del mismo (sonarse la nariz o limpiarse las gafas son los más repetidos) y otros detalles de corte sociológico como que son las mujeres quienes compran habitualmente el papel y lo eligen aún a sabiendas de que si cambian de marca su pareja y familia notarán la diferencia al tacto o a ojo.

En definitiva, toda una catarata de datos un tanto absurdos, tal vez interesantes desde el punto de vista sociológico y perfectos para echarse unas risas que, sin embargo, están estratégicamente muy bien tratados por la agencia de publicidad y comunicación para conseguir que un producto tan poco atractivo como este resulte cercano y simpático como ya hicieron con el anucio que les adjuntamos más abajo.

¡Ah! por cierto y a todo esto ¿ustedes que creen que hace ese tío en el trono?