Los trabajadores del metal vuelven a las calles de Vigo como protesta por las cargas de la policía

Vigo.-  Los trabajadores del sector metalúrgico de la provincia de Pontevedra han decidido volver a salir hoy a la calle como respuesta a las cargas policiales registradas ayer por parte de los policías antidisturbios, aunque no existe convocatoria previa de huelga para esta mañana.

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(EFE)

Efectivos de la Policía Nacional durante la primera jornada de huelga de los trabajadores del sector metalúrgico que tuvo lugar ayer en la provincia de Pontevedra donde se registraron quema de ruedas y cortes de tráfico en los accesos a los principales astilleros de Vigo.

Fuentes sindicales indicaron a Efe que los huelguistas que ayer participaron en las movilizaciones se reincorporaron esta mañana a sus puestos de trabajo, pero tan sólo un par de horas, ya que los sindicatos CIG, CCOO y UGT acordaron paralizar la actividad de 10:00 a 14:00 horas.

En estos momentos, comienzan a estar cortados los alrededores de los principales astilleros de la Ría de Vigo, tanto las calles cercanas de Bouzas como las de Guixar, en donde ayer se vivió una auténtica batalla campal entre los antidisturbios y los trabajadores.

También se registró un colapso de tráfico total en Vigo, ya que los manifestantes cortaron los accesos de entrada y salida a la ciudad durante toda la mañana.

Patronal y sindicatos siguen teniendo bloqueada la negociación del convenio colectivo, que en la provincia de Pontevedra afecta a más de 27.000 trabajadores.

Los empresarios piden dos años de vigencia del convenio y mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, mientras que los representantes de los trabajadores exigen una duración de un año y un incremento salarial razonable, pero nunca congelación de los sueldos.

Tras los graves altercados de ayer, la patronal informó de que están estudiando seriamente la retirada de su oferta del convenio colectivo.

Fuentes de los empresarios aseguraron que tienen muchas presiones para retirar la oferta presentada y que, incluso, numerosas empresas, siguen abogando por un cierre patronal ante la imposibilidad de planificar la producción.