Obama pide acción internacional ante el desafío nuclear de Corea del Norte

Washington.-  El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo hoy en unas breves declaraciones en la Casa Blanca que la comunidad internacional debe de actuar en respuesta al ensayo nuclear realizado por Corea del Norte.

"EE.UU. y la comunidad internacional deben de actuar en respuesta" al ensayo nuclear de Corea del Norte, dijo Obama, quien calificó lo ocurrido como una "rotunda violación del derecho internacional".

El presidente reiteró, en línea con lo señalado en un comunicado emitido por la residencia oficial durante la madrugada del lunes, que el ensayo nuclear subterráneo y el lanzamiento de varios misiles de corto alcance es un desafío "temerario".

"Lo condeno totalmente", subrayó, poco antes de partir hacia el cementerio de Arlington, en el estado de Virginia, contiguo a la capital estadounidense, para rendir honores a los militares fallecidos en acto de servicio con motivo de la conmemoración del Día de los Caídos (Memorial Day).

Pyongyang confirmó hoy, a través de la agencia oficial KCNA, haber realizado una prueba nuclear subterránea con éxito y de forma segura, en alusión a que no identificó fugas radiactivas.

El régimen norcoreano disparó también tres misiles tierra-aire de corto alcance desde el mismo punto en la costa nororiental del país, desde el que lanzó un cohete el mes pasado, según la agencia surcoreana Yonhap.

La resolución 1718 de la ONU de octubre de 2006 prohíbe los ensayos nucleares a Corea del Norte.

El ministerio de Defensa ruso dijo haber detectado una explosión atómica a las 00.54 GMT en la zona nororiental de Corea del Norte y estimó que la detonación podría equivaler a 10 ó 20 kilotones, comparable a las bombas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki durante la II Guerra Mundial.

Los analistas han tomado con cautela esas estimaciones preliminares ya que Rusia sobrevaloró la prueba anterior, realizada en 2006, que tuvo una potencia de tan solo un kilotón.

Los últimos ensayos llevaron a Japón a solicitar una convocatoria de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que se reunirá a las 20.00 GMT de hoy para evaluar la situación.

Obama señaló que Estados Unidos trabajará con sus aliados para tratar de encontrar una solución al problema y subrayó que lo ocurrido es un asunto de "grave preocupación" para todas las naciones.

Destacó que los intentos de Pyongyang de desarrollar armas nucleares, al igual que su programa de misiles balísticos, "constituyen una amenaza para la paz y la seguridad internacional".

El jefe de la Casa Blanca aseguró que lo ocurrido "aumenta las tensiones y disminuye la estabilidad en el noreste asiático" y sirve tan solo para aumentar el "aislacionismo" del país.

El presidente de Estados Unidos afirmó que Corea del Norte no logrará la aceptación internacional, a menos de que abandone su programa de armas de destrucción masiva.

Por su parte, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el almirante Mike Mullen, dijo a la cadena de televisión CBS, que los últimos ensayos ponen de manifiesto la "creciente beligerancia" de Corea del Norte y su desafío de las leyes internacionales.

"Todo esto apunta a un país que creo sigue desestabilizando la región y a largo plazo, si continúan desarrollando un programa de armas nucleares, plantea una grave amenaza para Estados Unidos", indicó Mullen.

Indicó que la comunidad internacional debe de seguir ejerciendo presión para reforzar la presión para que eso no ocurra.

El ensayo se produce tras meses de tensiones entre la comunidad internacional y el país y después de que Pyongyang se retirara de las conversaciones a seis bandas con Corea del Sur, EE.UU., China, Rusia y Japón para la desnuclearización del territorio.

El régimen norcoreano ha amenazado en varias ocasiones con realizar otro ensayo, si las Naciones Unidas no le piden disculpas por las sanciones impuestas tras la prueba del mes pasado.

Los observadores creen que Corea del Norte tiene suficiente plutonio para fabricar entre seis y ocho pruebas nucleares.

Las pruebas llegan, además, en medio de crecientes desacuerdos entre Washington y Pyongyang sobre la situación de dos periodistas estadounidenses acusados de entrar de forma ilegal al país y que serán sometidos a juicio el próximo mes.