El procesado por el incendio en el piso de su ex pareja acusa a la Guardia Civil de mentir en el juicio

Toledo.-  Jesús G.R., acusado de incendiar el piso de su ex-compañera sentimental, Rocio A.R., dos veces el mismo día el 28 de julio de 2007 en Fuensalida (Toledo) ha acusado a la Guardia Civil, incluido el sargento de esta localidad, de mentir durante el juicio que hoy ha quedado visto para sentencia en la Audiencia toledana.

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(EFE)

Jesús G.R.G. (i), acusado por quemar la vivienda de su ex compañera sentimental tras amenazarla de muerte el 28 de julio de 2007 en Fuensalida (Toledo), durante el juicio que tuvo lugar ayer en la Audiencia de Toledo. EFE/Archivo

En su alegato final, el procesado -para quien la fiscalía mantuvo su petición de dieciocho años de cárcel- dijo al tribunal que ha de dictar la sentencia que este juicio le había "tranquilizado" porque ha estado "dos años enterrado siendo inocente".

Seguidamente añadió en su defensa que su ex-pareja Rocio A.R. "no ha dicho ni una verdad" y que la declaración del sargento y de otro guardia civil ha estado "llena de mentiras".

Ya durante la declaración del cuarto guardia civil que testificó, el procesado se quejó en voz alta de las "mentiras" que según él estaba relatando el agente, mientras gesticulaba y se removía inquieto en el banquillo.

Esta actitud de Jesús provocó que a punto estuviera de ser expulsado de la sala por el presidente del tribunal, Juan Manuel de la Cruz, que finalmente accedió a que siguiera en la sala tras la promesa del acusado de que se iba a comportar bien.

El incidente se originó cuando uno de los agentes refería las amenazas de muerte que profirió el detenido contra ellos y contra Rocio en el cuartel tras ser detenido.

Previamente, el sargento del puesto de Fuensalida había explicado a la sala como el empleado de una de las gasolineras del pueblo le había dicho a un subordinado que había vendido a Jesús una garrafa de gasolina el día anterior a los hechos.

Pero, las quejas de Jesús contra la Benemérita no fueron las únicas, ya que su abogado también cuestionó la actuación de la Guardia Civil en este procedimiento.

El letrado, si bien no cree que la guardia civil haya mentido, recordó la "convulsión" que había en el cuartel de Fuensalida por la muerte de Jessica, dijo en alusión a la mujer que murió a manos de su marido el 31 de julio de 2007, tres días después del caso que se estaba enjuiciando en ese momento en la sala.

En la segunda jornada de la vista oral además de media docena de guardias civiles también prestaron declaración como peritos dos bomberos del Consorcio Provincial del parque de Santa Olalla que acudieron a sofocar las llamas.

Explicaron que en el primer incendio detectaron tres focos en distintas estancias de la vivienda situada en el tercer piso del número 3 de la calle Bécquer y que en el segundo se detectó otro en otra habitación que no había sido dañada en el primero.

No obstante, precisaron que aunque el fuego les pareció "anormal" no pudieron concluir que fuera provocado y que tampoco hallaron restos de líquidos inflamables.

Sin embargo, un perito tasador enviado por la compañía de seguros de la vivienda siniestra no tuvo "ninguna duda" en afirmar que el fuego fue provocado pues había un foco en cada habitación, además de otros más pequeños.

También acudieron a declarar dos psiquiatras quienes coincidieron en que el acusado tiene una personalidad muy impulsiva, aunque no han encontrado trastornos mentales que hagan disminuir su capacidad de entender y comprender.

Antes de que el juicio quedase visto para sentencia la fiscal mantuvo su petición de pena de dieciocho años de cárcel por un delito continuado de incendios y una falta contra el orden público, a lo que la acusación particular añade otro delito por amenazas.

Por su parte, la defensa sostiene que en todo caso hubo daños porque no hubo peligro para los vecinos del inmueble y como alternativas aplica las eximentes incompletas de trastorno mental y la de alcoholismo y drogadicción, así como la atenuante de arrebato y obcecación.