El Fandi pierde partidarios, Manzanares "lo borda" y El Cid sigue ausente

Granada.-  Una oreja cada uno cortaron "El Cid", "El Fandi" y Manzanares hoy en Granada, en un festejo cuyas circunstancias se definen en la falta de ambición del primero, la pérdida de partidarios del segundo y la importancia del toreo hondo a cargo del tercero.

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(EFE)

El diestro granadino, David Fandila "El Fandi", en su faena con la muleta, durante la corrida de toros correspondiente a la Feria del Corpus celebrada esta tarde en la plaza de toros de Granada, en la que ha compartido cartel con los toreros Manuel Jesús "El Cid" y José Maria Manzanares, y en la que se han lidiado reses de la ganaderia "El Torero".

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de "El Torero", terciados, nobles y flojos, que a pesar de esta última circunstancia se movieron y tuvieron buen fondo.

Manuel Jesús "El Cid": estocada (silencio); y estocada y descabello (una oreja).

David Fandila "El Fandi": pinchazo y estocada (una oreja tras un aviso); y metisaca en los blandos y pinchazo (silencio tras escasa petición).

José María Manzanares: pinchazo hondo, nuevo pinchazo y estocada (ovación tras un aviso); y pinchazo, estocada y dos descabellos (una oreja).

La plaza tuvo algo más de media entrada en tarde soleada y agradable.

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GRANADA ES ASÍ

El espectáculo de "El Fandi" ha bajado mucho. Hoy, por primera vez en treinta y cuatro tardes que lleva toreando en su tierra desde que tomó la alternativa en la llamada Monumental de Frascuelo, ésta no se ha llenado. Y puesto que uno de los atractivos del "Fandi" en Granada ha sido siempre el fervor que le profesa la plaza, en ambiente de auténtico frenesí, ahora que no han estado llenos los tendidos según costumbre, baja mucho la cosa.

Algo está fallando para que "El Fandi" ya no llene "su" plaza. Se ha perdido ardor en el aplauso, los vítores al ídolo ya no son tan encendidos.

Lo paradójico es que "El Fandi" está toreando ahora con más reposo, gusto y armonía, que nunca. Su estilo está cada vez más lejos de la irritante heterodoxia que le ha llevado a la fama.

Aunque todavía, los que van a la plaza arrastrados por su nombre que ya no son mayoría, se entregan a él sin reservas. Siguen entusiasmándose más con las carreras en banderillas y las polvaredas con el capote que cuando pega cuatro muletazos seguidos y sentidos, descolgándose de hombros. Curioso público.

"El Fandi" toreó con regusto, hay que precisar de una vez. Y es posible que todo surja de la confianza que le inspira este escenario para torear tan relajado y tan bien. Mala cosa si no se le valora, como ocurrió al finalizar la lidia de su segundo, con el que falló a espadas. Unos pocos le pidieron un trofeo que el presidente, lógico, no concedió. Y a continuación, silencio de la mayoría. No se entiende que no lo sacaran a saludar la ovación correspondiente.

Está claro que las circunstancias con "El Fandi" ya no son tan buenas, ni en Granada.

Pero que no falten en las plazas, en ésta y en todas, los partidarios del granadino. En "la Fiesta" caben todos los públicos. Y más si están abiertos a un hipotético reciclaje como aficionados. Habrá oportunidades como la de hoy. Mientras su torero perfecciona estilo, pueden disfrutar, y de hecho disfrutan, de otras excelencias cuyo reconocimiento viene de atrás. El caso de Manzanares.

Porque, ojo, cómo estuvo Manzanares hoy. Sus dos faenas, de gran asiento y exquisito temple, pausadas y ligadas, de mucha improvisación sobre la marcha. Toreo, mucho más allá de lo estético, de especial aroma. Aunque maldita espada en las dos. Perdió una oreja del primero y otra del segundo, y menos mal que la generosidad del "palco" arregló en parte el reconocimiento material que se le debía con una oreja que desde luego no le hubieran dado en cualquier otra plaza.

Oreja también para "El Cid", que anduvo con demasiadas e injustificadas precauciones con su blando primero, y más comprometido y centrado en el otro, aunque tampoco fue gran cosa la faena. Le dieron una oreja porque Granada es así.