Donde Zapatero dice diego Felipe dice digo

Mediodía del 10 de junio, Circulo de Bellas Artes, calle Alcalá de Madrid, Felipe González habla ante un centenar de personas. "Estamos asumiendo más desempleo del que es tolerable", dice González a la mitad de su intervención, larga —hora y cuarto—- a veces tan brillante como deslavazada. Por momentos, la audiencia no sabe si habla del Parlamento Europeo o del español, tal es la rapidez con que salta de un tema al otro.

Javier Lizón (EFE)

González presenta el Informe sobre la Democracia

A una parte de los asistentes también les cuesta seguirle. Hay ex ministros suyos y de Zapatero: Juan Manuel Eguiagaray, José María Maravall, Mercedes Cabrera, Carmen Alborch. O jóvenes progresistas, cercanos a la órbita socialdemócrata: Mariano Bacigalupo, Lluis Orriols, Ignacio Urquizu, Ignasi Nieto, además de catedráticos, profesores y algunos periodistas. Pero esta vez no hay duda, lo de "más desempleo del tolerable" se refiere a España. Como también lo de que el modelo económico del Gobierno no está claro, opinión que extiende también a Europa cuando habla de la necesidad de un modelo de propuestas "que no sean puramente defensivas". Vuelve a España para hablar de los resultados electorales en las Europeas, que no "han sido dramáticos para el Gobierno", pero todos "tienen que asumir responsabilidades políticas".

En Ferraz

Casi a la misma hora, en la sede central del PSOE en Ferraz, José Luis Rodríguez Zapatero mantiene su primera reunión con los nuevos eurodiputados. Ni una autocrítica con respecto a la derrota del domingo. Para la prensa declara que los resultados "son muy dignos". Ya fuera de los micrófonos, cuando se queda de nuevo con los elegidos —Leire Pajín a su derecha y López Aguilar a su izquierda— no rectifica el discurso. Muy al contrario, explica a los futuros eurodiputados y a la cúpula de Ferraz que las elecciones europeas son muy diferentes a las generales. Recurre al símil del "Tour de Francia, donde tienen que sudar la camiseta" los auténticos líderes —Rajoy y Zapatero—. Para Estrasburgo se han limitado a ir dentro del "coche de campaña, dando instrucciones, pero con la ventanilla bajada y sentados". En resumen, que las elecciones se ganan "en la carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo".

Mientras, Felipe seguía con "los europeos y los latinos, que no reaccionan con la emergencia" que la situación requiere y la rapidez con que lo ha hecho Obama. "Luego criticamos el unilateralismo norteamericano. Pero ahora el unilaterismo lo practicamos los europeos", cuando Obama ya había predicado que es una crisis global de donde deben salir todos los países juntos. Pero los europeos "esperamos a que nos saquen ellos de la crisis".

Kote Rodrigo (EFE)

El ex presidente del Gobierno lanza una advertencia, la primera —luego hará más— sobre la presencia de los grupos totalitarios en la cámara de Estrasburgo, porque "las respuestas totalitarias calan mucho en la opinión pública". Le preocupa menos la composición de derecha e izquierda del nuevo Parlamento Europeo, aunque hayan ganado los 'populares', que la presencia y composición de los grupos de antieuropeos, extremistas, nazis o estalinistas, euroescépticos que han entrado en la nueva cámara.

A esas alturas, cuando Felipe ya ha glosado lo suficiente el "Informe sobre la democracia en España 2009" de la Fundación Alternativas, que incluye un capítulo sobre corrupción, en Ferraz, Zapatero ha vuelto al discurso que dio el lunes a sus compañeros de Ejecutiva, apostando por "la movilización constante" pero descartando cualquier cambio de estrategia en materia económica.

González, sin embargo, ya ha hablado de que España "tiene que hacer sus propios deberes económicos" y si bien "el Presupuesto de este año aún no será dramático", conviene recordar que España pierde competitividad.Tiene que haber "acuerdos políticos, económicos y sociales", dice el ex presidente y hay que explicar a los agentes sociales que si "ustedes no acuerdan nada habrá que ponerles normas legales que les recortarán su margen de maniobra". El Gobierno tiene que intervenir en algún momento en esa negociación si patronal y sindicatos no acuerdan nada. Todo lo contrario de lo que ha venido practicando el Ejecutivo de Zapatero.

"Pero no se puede comparar. Felipe habla desde la libertad del que está fuera, da doctrina. Todo lo opuesto de lo que puede hacer Zapatero. Son momentos y experiencias diferentes. La que le sobra a uno le falta al otro" reconoce uno de los altos cargos del PSOE que ha asistido a la reunión con los eurodiputados y el presidente del Gobierno en Ferraz.

"Lo que predican uno y otro, aunque sea en tiempos simultáneos, no son precisamente ideas paralelas. Pero el problema es que a uno le sobra de todo, y al otro le falta de todo. Lo único que tienen en común son dos grandes egos. Uno lo ha adquirido más rápidamente aún que el otro", sentencia un ex ministro que ha trabajado con ambos ex presidentes socialistas.