La oposición iraní se repliega tras las prohibiciones del Gobierno

La tensión aumenta por horas en Teherán. Partidarios del presidente electo, Mahmud Ahmadineyad, y del líder opositor, el reformista Mir Hosein Musaví, ocupan las calles de la capital iraní desde que el sábado se hicieran públicos los resultados de las elecciones presidenciales, que daban —contra todo pronóstico— una contundente victoria al ultraconservador Ahmadineyad. Para hoy estaba prevista una gran manifestación, que finalmente ha sido aplazada ante la delicada situación.

Taherkenareh (EFE)

Enfrentamientos entre jóvenes reformistas y agentes de seguridad.

Protestas en la calle

Por tercer día consecutivo, miles de iraníes se han echado a las calles de Teherán —las protestas en el retos del país son menos numerosas— para denunciar lo que algunos califican de 'golpe de Estado' y que suponen ya la mayor manifestación de protesta desde la instauración de la República Islámica. Los partidarios de Musaví, que se impuso en la capital pero perdió las elecciones por casi 30 puntos —con un 84% de participación—, tenían previsto una gran manifestación para hoy, aunque tras su prohibición por parte del Ministerio del Interior han decidido posponerla. Durante todo el fin de semana, los agentes de seguridad, así como los Basijs —la milicia estudiantil religiosa— han reprimido con violencia las protestas callejeras, y han arrestado a más de 170 personas.

¿Dónde está Musaví?

Desde el pasado viernes, cuando compareció al cierre de los colegios electorales para anunciar su victoria, el líder opositor Mir Hosein Musaví se encuentra en paradero desconocido. Ayer, a través de su página web, pidió a sus partidarios que continúen las protestas de manera "pacífica y legal". Su jefe de campaña de internet, Said Shariatí, fue detenido durante unas horas, al igual que Moshen Mirdamadí, secretario general del principal grupo prorreforma del país. Tampoco se tiene noticias del otro candidato reformista, el clérigo Mehdi Karrubí.

Censura y expulsión de periodistas

D. Sagolj (REUTERS)

Partidarias de Ahmadineyad durante la alocución del presidente electo.

Los cientos de medios de comunicación de todo el mundo que se encuentran en Irán para informar sobre los comicios están teniendo serias dificultades para informar de las protestas callejeras. Las autoridades iraníes han prohibido las retransmisiones desde la calle y algunos corresponsales han sido invitados a abandonar el país. Reporteros Sin Fronteras ha denunciado el cierre de varios medios prorreformistas que pusieron en cuestión los resultados, así como la detención de varios periodistas. Así mismo, la BBC ha señalado que sus comunicaciones desde Teherán se han visto interferidas por las autoridades, que también han cerrado sin explicación la corresponsalía del canal Al Arabiya.

Ahmadinejad saca pecho

Además de sacar a las fuerzas de seguridad a las calles, ayer el presidente electo congregó a cientos de miles de partidarios en Teherán. Ante ellos, defendió la "limpieza" de los comicios y minusvaloró las manifestaciones de los reformistas comparándolas con los altercados que se producen después de un partido de fútbol. También arremetió contra las potencias occidentales y los medios de comunicación extranjeros. "Creen que la democracia es buena cuando da los resultados que ellos esperan. En caso contrario, no la aceptan", declaró Ahmadineyad.

La comunidad internacional pone en duda los resultados

Efectivamente, los países occidentales han puesto en duda los resultados electorales del viernes. El vicepresidente de la Administración norteamericana, Joe Biden, apunto ayer en una entrevista de televisión que "por la manera en que están reprimiendo la libertad de expresión y a la gente en las calles, se pueden extraer serias dudas de que el resultado es el que dicen". Por su parte, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, convocó a consultas al embajador iraní por lo que calificó de "inaceptable" represión de los manifestantes y los obstáculos que se están poniendo a los medios de comunicación para informar libremente. Desde el Gobierno francés, el consejero de Sarkozy, Henri Guaino, señaló que "lo que pasa en Irán no es una buena noticia para nadie, ni para los iraníes ni para la estabilidad y la paz".

Sólo los Gobiernos de Venezuela, Irak y Afganistán han felicitado a Ahmadineyad por su contundente victoria.

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