El "soccer" asciende a la categoría de fútbol

Johannesburgo (Sudáfrica).-  El "soccer" ha ascendido a la categoría de fútbol con la victoria de Estados Unidos ante España en la semifinal de la Copa de las Confederaciones y la clasificación de este equipo para la primera final de su historia en un torneo de primer nivel mundial.

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(EFE)

Un hincha de Estados Unidos anima a su equipo frente a España durante la semifinal de la Copa Confederaciones 2009. EFE/Archivo

Los goles conseguidos por Jozy Altidore y Clint Dempsey, que dieron el triunfo a los estadounidenses ante España, una de las selecciones más en forma del panorama mundial, han convertido la fecha del 24 de junio de 2009 en histórica para el fútbol estadounidense.

Ni durante la Copa del Mundo de 1994, disputada en aquel país, ni con alguna victoria importante en etapas posteriores, ni con actuaciones dignas en algunas competiciones como la Copa América, el fútbol de Estados Unidos había llegado tan alto.

Es cierto que, desde hace algunos años, Estados Unidos es una de las potencias de la Concacaf, donde ha pugnado como México y el resto de los países de Centroamérica por plazas en el Mundial, a los que casi siempre accedía y de los que casi siempre regresaba tras un papel testimonial. Todo eso hasta ahora, cuando todo ha cambiado.

El fútbol ha sido "soccer" en Estados Unidos. Esa denominación, utilizada de forma casi exclusiva en aquel país, era sólo una de las diferencias importantes entre este deporte allí y en el resto del Mundo.

Eclipsado por el póker de deportes que integran béisbol, fútbol americano, baloncesto y hockey sobre hielo, sus aspectos más destacados quedaban expresados en las categorías femeninas, en las instancias universitarias y en un juego desarrollado con amplitud como deporte de práctica, pero con muchas limitaciones como deporte de alta competición.

Ya en esta Copa de las Confederaciones, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, constató algunos de los problemas del fútbol en Estados Unidos al aludir a la dificultades que supone disputar la Liga entre marzo y noviembre y a la falta de posibilidades para utilizar los estadios en otras épocas del año.

"Esas circunstancias -afirmó Blatter- están limitando el crecimiento del fútbol en Estados Unidos".

Además, el "soccer" es un deporte con un interés mediático limitado en aquel país. En la víspera del inicio del Mundial de 1994, un diario de la tirada de "USA Today" explicaba en su portada que en este deporte jugaban once contra once y que sólo un jugador por equipo, el que llevaba la camiseta de otro color, podía tocar el balón con la mano.

Aquel planteamiento pedagógico sobre el fútbol ha dado paso a unas instancias más competitivas, con futbolistas profesionales en clubes de las ligas europeas más destacadas y con un creciente número de jugadores de origen hispano nacidos en Estados Unidos en su selección.

El paso adelante definitivo se ha producido, sin embargo, en esta edición de la Copa de las Confederaciones gracias a la conjunción de una serie de circunstancias poco previsibles.

El pasado domingo 21, a las ocho de la tarde, antes de que empezarán los partidos de la última jornada de la fase de grupos de la competición, nadie daba nada por Estados Unidos. Sus opciones de clasificación eran matemáticas, es decir, remotas. Cinco días después, estamos ante el equipo revelación del torneo.

Tras perder sin merecerlo ante Italia (3-1) y verse arrollada por Brasil (3-0), Estados Unidos necesita a una carambola para clasificarse. Ésta se dio. Brasil goleó a Italia y el equipo norteamericano hizo lo propio con Egipto: la semifinal, alcanzada por una ajustada diferencia de goles, era una realidad.

Hombres como Landon Donovan, Clint Dempsey o Michale Bradley, que se perderá la final por sanción, han sido clave en el equipo para alcanzar el sueño de la final de un torneo que hasta ahora era de "soccer" y que ha pasado a ser definitivamente de fútbol para los Estados Unidos.