Rodríguez Almodóvar rescata relatos eróticos de curas, frailes y monjas

Sevilla.-  El escritor Antonio Rodríguez Almodóvar (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1941), especializado en literatura de tradición oral, ha rescatado relatos eróticos populares en su "Libro de la risa carnal. Basado en cuentos populares eróticos", protagonizados por curas, frailes y monjas.

(EFE)

El escritor Antonio Rodríguez Almodóvar (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1941), especializado en literatura de tradición oral, ha rescatado relatos eróticos populares en su "Libro de la risa carnal. Basado en cuentos populares eróticos", protagonizados por curas, frailes y monjas. EFE/archivo

Publicada por la editorial Palabras del Candil, dedicada a libros y cuentos de narradores orales, esta colección de nueve relatos halla sus fuentes en la tradición oral, de donde Rodríguez Almodóvar los rescató y que también ha nutrido otros títulos suyos, como "Cuentos al amor de la lumbre", "Cuentos de la Media Lunita", "El Bosque de los sueños" y "El texto infinito".

El "Libro de la risa carnal" fue publicado hace años con ilustraciones del pintor Paco Cortijo, si bien aquella fue una edición casi secreta, explicó a Efe Almodóvar, quien lo achacó a "remedar en algo la propia naturaleza del género, que sólo salía a flote en la hora más íntima de la tertulia campesina.

El pueblo llano "nunca creyó" en la obligación de mantener el celibato por parte de curas, frailes y monjas, según Almodóvar, quien también destacó que por el carácter secreto de estas narraciones sobre las "andanzas inconfesables del clero" nunca se dieron a la imprenta y sólo algunas han sido reseñadas en colecciones etnográficas, de ámbito muy minoritario.

Almodóvar reconoció que, en un primer momento, no tuvo muchas ganas de publicar este libro: "Y no por temor a nada, ni siquiera al Infierno, sino porque pensaba yo para mis adentros que si el pueblo llano y soberano había mantenido estas historias en el secreto de la tertulia campesina, tal vez su modo de existencia fuera ése".

"Pero, por otro lado, como de la tertulia campesina iba quedando cada vez menos, pues era una pena que estos relatos quedaran a merced del olvido", añadió para explicar su decisión de darlos a la imprenta.

El autor bromeó diciendo que espera "de la discreción del público lo necesario para que (su libro) continúe siendo un tanto secreto, alejado de la curiosidad de los niños y, desde luego, no apto para almas de cántaro".

Almodóvar aseguró que para hacer este libro, que definió como "firme candidato a arder en las hogueras de la nueva Inquisición, esa a la que ya se le van viendo las plumas negras", se limitó a hacerle "un arreglo más o menos literario a lo que había ido guardando", durante sus años rastreando historias por el medio rural, haciendo trabajo de campo para salvaguardar las historias populares.

Al dar con estas historias por primera vez, hace muchos años, Almodóvar recordó "el hecho, sorprendente y casi inaudito, de que tales perlas de la sabiduría popular tirasen siempre por el lado de curas, frailes y monjas, me tenía sumido en una cierta perplejidad."

"¿Cómo podía ser que en un país tan beato, tan católico, tan carpetovetónico, las gentes sencillas dieran suelta a su imaginación venusina poniendo al clero en actitudes harto indecorosas, asaz licenciosas y a menudo lujuriosas? No podía ser. No podía..., pero era," añadió.

Fue entonces cuando se concedió "unos años para seguir investigando el caso, y con eso y otras cosas en las que anduve metido, estos pícaros relatos se fueron quedando a trasmano", y fue entonces cuando sus amigos Javier Repiso y José Manuel Toledo, "que andaban con la idea -siempre temeraria- de fundar una editorial, me dijeron si no tendría yo algo por ahí para inaugurar su atrevimiento".

Y de ese modo el compilador se acordó de los cuentos eróticos que había ido cosechando por esos campos de Dios, con los que se hizo una primera edición que apenas traspasó las fronteras de la provincia y que ahora vuelven a estar disponibles para los lectores curiosos.

Por Alfredo Valenzuela