Marcelino Fernández niega los abusos a la niña, pero un testigo lo reconoce

Santander.-  Marcelino Fernández Arnaiz, más conocido como "El pederasta de Astillero", ha negado hoy en la Audiencia de Cantabria haber abusado de una niña de seis años, última acusación que afronta en un historial cargado de delitos sexuales, aunque un testigo lo ha reconocido y ha dicho que lo vio tocando a la menor.

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Marcelino Fernández ha llegado a la sección primera la Audiencia, donde se ha celebrado la vista, custodiado por agentes de la Guardia Civil, ya que se encuentra en prisión desde agosto del año pasado, cuando sucedieron los hechos.

Como es habitual en él, el acusado iba cubierto con una gorra, lo que motivó un primer incidente en la sala, cuando el presidente del tribunal, José Luis López del Moral, pidió a Fernández Arnaiz que se quitase esa prenda.

"Cuando me dejen de hacer fotos me la quito", ha resaltado, en alusión a los fotógrafos de prensa, "El pederasta de Astillero" que no se descubrió la cabeza pese a la insistencia del magistrado.

Al plantear las cuestiones previas en el juicio, la Fiscalía y el abogado defensor anunciaron que el acusado había reconocido los hechos y aceptaba una pena de siete años y un día de prisión en lugar de los nueve que inicialmente había solicitado el Ministerio Fiscal.

No obstante, al preguntarle el presidente de la Sala si admitía los abusos a la menor, Marcelino Fernández Arnaiz ha negado su autoría y ha destacado que cuando ocurrieron los hechos, el 23 de agosto de 2008, "no estaba ni en la calle Alta".

Ésa es la única declaración que "El pederasta de Astillero" ha hecho ante el tribunal, porque ha guardado silencio ante las preguntas que le ha formulado la Fiscalía a continuación.

"¿Va a contestar o no?", le ha interpelado el presidente de la Sala, a lo que Fernández Arnaiz ha replicado que solamente iba a contestar al tribunal o a su abogado defensor, que no ha planteado ninguna pregunta.

Tras la declaración de la menor, que se ha producido a puerta cerrada y por videoconferencia con una sala de la misma sede judicial, ha comparecido el único testigo de los hechos, un vecino que ha afirmado que vio a Fernández Arnaiz tocando a la niña.

Esta persona ha relatado que ese día estaba en el salón de su casa cuando oyó las voces de la menor y de un adulto, y que en un momento dado se alertó porque escuchó a la pequeña decir: "Por Dios, se lo suplico, no me lo haga".

Se asomó a la ventana y, según ha resaltado, vio a la niña apoyada de espaldas en el capó de un coche y a un adulto que estaba "agachado a su altura" y que la estaba "besando, sobando y tocando por todo el cuerpo" al tiempo que intentaba quitarle los pantalones.

El testigo ha señalado que se asomó a otra ventana de la vivienda para decir "una serie de barbaridades" al adulto que, cuando se percató de su presencia, salió huyendo.

"¿Vio a esa persona con claridad'", le ha interrogado la fiscal, a lo que el testigo ha respondido que "por supuesto", porque estaba "a cuatro metros".

La representante del Ministerio Público le ha preguntado si podía identificar a Fernández Arnaiz como la persona que estaba con la menor ese día y así lo ha hecho este vecino, quien pidió al acusado que se retirara la gorra para estar seguro.

"O se la quita o se la quitan los agentes judiciales, usted verá", ha subrayado el presidente de la Sala ante la oposición inicial de Fernández Arnaiz a acceder a esa petición.

La médico que examinó a este acusado ha dejado claro que tiene un cociente intelectual normal y no padece ninguna patología, y ha asegurado que "sabe perfectamente lo que hace" y "lo hace porque quiere".

Ha descartado que se deje llevar por actos impulsivos y ha indicado que, dado su "larguísimo" historial delictivo, "aprende a tener cuidado" de esos episodios de abusos.

La Fiscalía ha elevado a definitiva su petición de nueve años de cárcel, además de la prohibición de acercarse a la niña a una distancia inferior a 300 metros durante doce años, y de indemnizarla con 3.000 euros por daños morales.

El abogado defensor ha señalado que, antes del juicio, Fernández Arnaiz le manifestó su intención de admitir los hechos y, por ello, ha solicitado a la Sala que opte por la pena de siete años y un día de prisión que se había previsto en ese caso.