Los tres tenores del bajo atronaron en Vitoria

Vitoria.-  Los tres tenores del instrumento de las cuatro cuerdas, Stanley Clarke, Marcus Miller y Victor Wooten, atronaron Vitoria en un concierto en el que la sorpresa estuvo en los temas de homenaje a Michael Jackson.

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(EFE)

El grupo SMV, formado con las iniciales de sus tres integrantes del mismo, Stanley Clarke (i), Marcus Miller (c) y Victor Wooten (d), durante su actuación en el trigésimo tercer Festival de Jazz de Vitoria.

Los tres son los bajistas más destacados de su generación: Clarke fue el revolucionario de los setenta y ochenta, Miller de los ochenta y noventa y Wooten de este siglo.

Coincidieron en el año 2006 en una entrega de premios, tocaron juntos y de ahí salió la idea de crear un disco común: "Thunder" (Trueno), un título premonitorio, un álbum de fusión moderna que va por los caminos del groove, del jazz funk, del hip hop, todo alejado del jazz tradicional.

En Vitoria, una vez más sonaron de cine, o de trueno; el truco estaba en que ninguno se sobrepuso a los demás, en una actuación que ya está muy pulida tras un año de gira.

Los maestros descubrieron cada uno su estilo: la musicalidad de Clarke, un poco exhibicionista al final, el "slapping" movido de Miller, y la espectacularidad del martilleo de Wooden.

Pero no sólo de bajo viven los grandes: los cambiantes estilos llegaron incluso al lánguido romanticismo de "Milano", un solo largo interpretado al contrabajo por Clarke.

Tampoco la noche fue sólo "Thunder": en un guiño a un antiguo amigo, tocaron tres temas de Michael Jackson. Fue la sorpresa y lo que más conectó con el público.

Primero, Miller tocó con el bajo un potente y marchoso "Dont stop till you have enoguh", después Miller cogió el saxo y deleitó con el íntimo "Human native", seguido por el público con palmas respetuosas.

La tercera de Jackson fue el único bis, "Beat it", con el público en pie. Al final, los temas del mito recién fallecido le dieron un poco más de variedad de la esperada a un concierto que triunfó, pero que supo a poco.

Los tres están de gira y pidieron tocar los primeros para irse rápido, así que dejaron al respetable con ganas.

Acabado el tronar, subió al escenario el saxofonista italiano Stefano di Batista, con su cuarteto.

Tenía una difícil papeleta, pero no es un músico al que le arredren las dificultades: su disco se llama "El buscador de problemas". Los resolvió bien, fue una sorpresa agradable, con ganas y ritmo, pero la comparación con la potencia y versatilidad de los hoy teloneros es odiosa.