La crisis económica marca el 30 aniversario de la revolución sandinista

Managua.-  Los sandinistas celebran este domingo el 30 aniversario del triunfo de su Revolución Popular, en un escenario marcado por el impacto de la crisis económica internacional y el escepticismo de muchos sobre la pervivencia de sus postulados.

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(EFE)

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, Rosario Murillo, portavoz del Gobierno, mantienen estos días una campaña continua en la televisión y otros medios pro gubernamentales para destacar su gestión, a la que califican como "la segunda etapa de la revolución". EFE/Archivo

La conmemoración de esta efemérides ha originado una polémica sobre si aún pervive esta revolución nacionalista y antiimperialista inspirada por el pensamiento del héroe nacional y defensor de la soberanía nicaragüense, Augusto César Sandino.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, Rosario Murillo, portavoz del Gobierno, mantienen estos días una campaña continua en la televisión y otros medios pro gubernamentales para destacar su gestión, a la que califican como "la segunda etapa de la revolución".

Según Ortega y su esposa, desde el comienzo de este gobierno, el 10 de enero de 2007, la revolución se enfoca en recuperar los derechos que las administraciones neoliberales quisieron arrebatar a los nicaragüenses entre 1990 y 2007, periodo en el que los sandinistas no estuvieron en el poder.

El jefe de Estado y la primera dama hacen hincapié en que Nicaragua está libre de analfabetismo, en la gratuidad de la educación y la salud, así como en la ejecución de una serie de programas para reducir la pobreza como "Hambre Cero" y "Calles para el Pueblo", entre otros.

Con motivo de esta conmemoración, el mítico "comandante cero", Edén Pastora, en declaraciones a la prensa local, consideró que la revolución sandinista sigue "en el corazón de proyectos sociales que actualmente se ejecutan", aunque señaló que no está en todo de acuerdo con la conducción del Gobierno de Ortega.

"Hablar de revolución me resulta difícil después que los principios primigenios nunca se pusieron en la práctica, como esperábamos los nicaragüenses, y se comenzaron a repetir los mismos vicios de la dictadura somocista", indicó a Efe, por su lado, el analista político, diplomático y diputado opositor Mauricio Díaz.

Díaz reconoció que los sandinistas redujeron la tasa de analfabetismo durante su primer Gobierno, en los años 80, hasta un 12 por ciento y que se hizo "algo" de reforma agraria, pero indicó que en materia de libertades públicas, derechos civiles y en el campo de la economía "simplemente" se retrocedió unos 50 años.

"Nos quedamos estancados y la culpa de ello, según los sandinistas, fue la guerra, tras caer como conejillos de indias en el último test de la confrontación Este-Oeste, lo que originó pérdidas de vidas, destrucción del aparato productivo, relaciones internacionales conflictivas, pleitos con todo el mundo y terminamos aislados", apuntó Díaz.

Admitió también que los años 80 dejaron como legado una producción cultural, con los recuerdos de la revolución expresada a través de la música de los hermanos Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, así como manifestaciones de la creatividad popular cuando todavía no había "una visión sectaria de la cultura", en los tiempos en que Ernesto Cardenal era ministro de Cultura.

"Ahora lo que vemos es un país con una alta tasa de desempleo, un PIB per cápita promedio que casi nos volvió a la década de los años 50 y 60, seguimos siendo un país HIPC (pobre y muy endeudado) y que depende altamente de la cooperación internacional y con un presidente que menosprecia" a sus oponentes, anotó el analista.

"También vemos una ambición increíblemente desmedida e irracional (de Ortega) por permanecer en el poder a cualquier costo, y por eso quiere reformar la Constitución", de modo que permita su reelección como presidente, enfatizó Díaz.

"No se puede hablar de revolución con la intención de instalar una dictadura, hay un plan en marcha de permanecer en el poder a cualquier costo para beneficiar a una familia (la de Ortega) y en segundo plano al partido, pero de esto la nación no se va a beneficiar", recalcó.

Víctor Tirado López, de origen mexicano y uno de los nueve antiguos "comandantes de la revolución", es también de los que afirman que la revolución se terminó en 1990, cuando los sandinistas perdieron el poder en las urnas, derrotados por Violeta Chamorro.

Cuando se le pregunta si hay una segunda etapa de la revolución, responde con preguntas: "¿Cual es la segunda etapa? ¿Qué es la segunda etapa? Si la revolución no es por etapas. Eso es tan lógico que no hay necesidad de hacer muchos análisis".

Y a la pregunta de qué es lo que vive ahora Nicaragua, Tirado López responde: "Es un gran retroceso económico, político, social y de relaciones humanas".