Steinmeier confía en dar la vuelta a los sondeos con un equipo de ministrables

Berlín.-  El candidato socialdemócrata a la Cancillería, Frank-Walter Steinmeier, presentó hoy al equipo de ministrables con el que luchará por dar una vuelta radical a las encuestas electorales, que le mantienen en un 23 por ciento, y alzarse con la victoria en las generales de septiembre.

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(EFE)

El líder del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Franz Muentefering (i), y su candidato para canciller y actual ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier (d), durante una rueda de prensa hoy en Potsdam. El Partido celebra un congreso de dos días en esta localidad alemana, donde presentará a su equipo para las próximas elecciones generales.

"Nos presentamos dispuestos a ganar y no para llevarnos el segundo puesto. Tenemos las mejores cabezas y las mejores ideas", afirmó hoy Steinmeier en una rueda de prensa celebrada tras una sesión de clausura de dos días con su equipo electoral en un hotel de Potsdam, en las cercanías de Berlín.

El equipo que le rodea está formado por veteranos ministros y algunas caras nuevas y prácticamente a partes iguales por mujeres y hombres, algo que Steinmeier calificó de "señal necesaria" en la política alemana. Como ejemplo de su vocación feminista, resaltó el hecho de haber nombrado a una mujer como encargada de Defensa.

Como viene haciendo en las últimas semanas, hasta ahora con poco éxito, Steinmeier se presentó confiado en las posibilidades de éxito, si bien reconoció que el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) todavía deberá trabajar por convencer a su potencial electorado.

Con ello aludió al pozo de las encuestas que ocupa el SPD desde hace tiempo y que hasta ahora le mantiene en torno al 23 por ciento.

La CDU/CSU, en cambio, anda rondando el 38 por ciento, lo que le permitiría revalidar su alianza con los liberales del FDP, partido con el que gobernó durante los 16 años del ex canciller Helmut Kohl.

Steinmeier describió hoy esta coalición como la peor de las soluciones para el futuro de Alemania, aún más en tiempos de crisis económica como la actual.

"El FDP dice en alto lo que la CDU piensa; una coalición entre ambos sería dar un paso atrás", afirmó Steinmeier, quien sostuvo que sólo las medidas impulsadas por el co-gubernamental SPD, como los programas de inversión y de subvención del trabajo, han permitido evitar que la crisis tuviera un mayor impacto en el mercado laboral.

El problema es que por ahora los votantes no parecen dispuestos a dejarse convencer por estos argumentos, pues sólo el partido de la canciller logra beneficiarse del ambiente relativamente positivo que respira la gran coalición en las encuestas de demoscopia.

La mayoría de los alemanes están contentos con la forma en que se ha podido capear la crisis económica, pero en lugar de atribuir el mérito al ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, los laureles son para Merkel.

Los expertos creen que esto se debe fundamentalmente a que en tiempos de crisis económica, la población no confía en la socialdemocracia que, por añadidura, está en crisis interna desde hace años.

Nuevo ejemplo de problemas internos ha sido el escándalo en torno a la ministra de Sanidad, Ulla Schmidt, por utilizar su coche oficial durante sus vacaciones en España, circunstancia que tan sólo salió se supo porque el vehículo fue robado en Dénia (Alicante).

Schmidt es la única de los miembros socialdemócratas del actual Ejecutivo que no forma parte del "equipo Steinmeier".

El candidato volvió hoy a subrayar que la idea es que esta ausencia sea pasajera, y que la ministra se incorpore al equipo en cuanto haya quedado esclarecido que no cometió ninguna irregularidad.

La llamada "causa Schmidt" ha pasado entretanto a manos del Tribunal de Cuentas que analizará si la ministra efectivamente actuó, como ha venido asegurando, conforme a los reglamentos de la administración.

En principio, las normas establecen que todos los ministerios tienen derecho a usar un coche oficial, dentro o fuera del país, e incluso para fines privados, siempre y cuando costee éstos últimos de su bolsillo.

El problema en este caso parece ser más de proporcionalidad que de legalidad, pues los críticos consideran que el gasto que conllevó el traslado del vehículo y del chófer fue demasiado elevado para las dos citas oficiales que tuvo la ministra durante su estancia en Dénia.