El dueño del restaurante Enco destaca que "esto es algo que uno no se espera nunca"

Palma.-  Miquel Mas, propietario del restaurante Enco, donde ayer estalló un artefacto tras un aviso de ETA, ha relatado hoy que un atentado "es algo que uno no se espera nunca" tras acceder a su local para comenzar a arreglar los desperfectos y poder abrir el negocio lo antes posible.

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Mas ha relatado a Efe que la bomba, de escasa potencia, ha afectado al falso techo del baño de mujeres, encima del cual estaba colocada, así como al de la cocina del local.

Los obreros ya han comenzado a trabajar en el establecimiento, ubicado en el número 15 de la calle Vicari Joaquim Fuster del barrio del Molinar, y Mas espera abrirlo mañana aunque esta mañana aún permanecía acordonado.

"Los desperfectos son mínimos, menos mal que se pudo explotar adecuadamente, sin clientes en el local. Lo principal es que no ha habido víctimas personales y los daños materiales son pocos", ha afirmado.

Respecto al atentado, que ocurrió sobre las 16.00 horas de ayer, ha dicho que "es algo que uno no se espera nunca" y ha lamentado que "no beneficia a nadie", al tiempo que ha esperado que "la normalidad vuelva lo antes posible, que la gente responda y el bar siga como antes".

A unos centenares de metros de este bar se encuentra en restaurante La Rigoletta, donde una hora y media antes, a las 14.25, explotaba otro artefacto de poca potencia, esta vez con clientes y trabajadores en su interior.

Allí el cordón policial también impedía el paso al local, aunque dentro los trabajadores se afanaban en arreglar las mesas para su apertura mientras los obreros comenzaban a arreglar los daños.

Sus propietarios no han querido hacer declaraciones y han dicho que no saben si podrán abrir hoy.

En los bajos de la plaza Mayor, donde ayer hizo explosión a las 18.10 horas un tercer artefacto colocado en los baños de las galerías comerciales, los servicios estaban acordonados y numerosos escombros cubrían el suelo de alrededor, mientras el agua había inundado parte de las galerías y del aparcamiento subterráneo debido a la rotura de una cañería.

La explosión de baja potencia ha afectado a los cristales de un local contiguo, cuyo propietario, Pishu Budhrani, ha comprobado hoy que los daños se limitan a los vidrios y no al contenido de la tienda.

"Por suerte, como fue en domingo no había gente, todo estaba cerrado y no hubo ningún herido, eso es lo más importante. Ahora tenemos que continuar nuestra vida normal y no pararnos por eso", ha asegurado.