Oliva Soto y Antonio Nazaré cortan una oreja pese a que fallan los toros

Sevilla (España).-  La entrega de los tres jóvenes diestros sevillanos escogidos para la tradicional corrida de la Virgen de los Reyes, patrona de esta ciudad sureña española, celebrada en la noche de la víspera, fue la nota más positiva de un festejo en el que fallaron los toros de Martín Lorca.

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(EFE)

El matador Antonio Nazaré, da la vuelta al ruedo con la oreja cortada a su segundo toro, en la corrida nocturna celebrada hoy en la Maestranza de Sevilla, en la que compartió cartel con los matadores Oliva Soto y Pepe Moral y lidiaron reses de la ganaderia de Martín Lorca.

La oreja cortada por Antonio Nazaré fue la de mayor peso de un festejo en el que también puntuó un animoso Oliva Soto. Pepe Moral, por su parte, derrochó entrega y se mostró muy por encima de un mal lote.

Se lidiaron toros de Martín Lorca, serios y bien presentados. El primero, voluminoso y destartalado, acabó desarrollando sentido y peligro sordo en la muleta. El acucharado segundo resultó tardo y corto de viajes. El tercero fue soso y no tuvo gas. El cuarto, violento y peligroso. El quinto, un auténtico marrajo con muchas complicaciones. Y el sexto, manso y rajado, también muy complicado.

Alfonso Oliva Soto, vuelta al ruedo tras leve petición y oreja.

Antonio Nazaré, ovación y oreja.

Pepe Moral, silencio y palmas

En cuadrillas saludaron los banderilleros José Luis Andana, Juan Carlos de Alba y Luis Miguel Ballesteros.

La plaza tuvo algo menos de media entrada en noche muy calurosa.

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LOS TOREROS, POR ENCIMA DXE LOS TOROS

Oliva Soto mostró muchas ganas y se lució toreando de capote al primero de la tarde, un animal voluminoso que acabó desarrollando sentido. Volvió a entregarse con el cuarto, muy violento y peligroso, y sufrió algún gañafón sin consecuencias. La entrega del joven diestro de Camas caló en los tendidos, que le pidieron la oreja después de una fulminante estocada algo baja cobrada a toma y daca.

Antonio Nazaré mostró su estado de sitio y cuajó un trasteo solvente y muy por encima de las condiciones del segundo, que no tuvo recorrido. El quinto tampoco le iba a dar demasiadas opciones. Violento y con mal estilo, el toro fue un auténtico barrabás con el que Nazaré se jugó la vida hasta resultar alcanzado de un seco palotazo que le abrió una brecha en el rostro. La oreja, ganada a sangre y fuego, tuvo peso específico.

Pepe Moral no tuvo opciones con el tercero de la tarde, al que le faltó motor para estar a la altura del serio planteamiento del joven diestro de Los Palacios, que se estrelló con su sosería a pesar de su evidente entrega. Con el sexto, manso y berreón, que embistió siempre al paso, sin entregarse nunca y distrayéndose a la salida de las suertes se la jugó de verdad, siempre firme y asentado, muy por encima de las condiciones del toro, que acabó rajándose.