Beasley no mejora la imagen de la NBA y los árbitros no ceden

Houston (EEUU).-  Una vez más el verano ha dejado otro nuevo caso de un jugador de la NBA con gran proyección de futuro, esta vez se trata del alero Michael Beasley, de los Heat de Miami, que ha sucumbido a los efectos de las sustancias prohibidas y ha tenido que ser internado en un centro de rehabilitación.

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(EFE)

Beasley, de 20 años, la gran esperanza de los Heat y del presidente del equipo, Pat Riley, cuando lo seleccionó con el número dos en el sorteo universitario del 2008, se encuentra en una clínica especializada para desintoxicación, en Houston. EFE/Archivo

Beasley, de 20 años, la gran esperanza de los Heat y del presidente del equipo, Pat Riley, cuando lo seleccionó con el número dos en el sorteo universitario del 2008, se encuentra en una clínica especializada para desintoxicación, en Houston, donde permanecerá hasta que comiencen los campos de entrenamiento.

El jugador formado en la universidad de Kansas State, donde sólo estuvo un año y ya mostró todos los problemas personales que tenía, no ha podido superar la presión y ambiente que se vive dentro de la NBA, que lo han llevado a caer de nuevo en el mundo de las drogas.

Riley, que vio como los Bulls de Chicago elegían al base Derrick Rose, ganador del premio de Novato del Año, se arriesgó con Beasley, un joven talentoso, pero lleno de problemas, que reflejó de inmediato en su primer año como profesional.

Después de haber protagonizado un incidente durante la reunión de novatos junto con su compañero de equipo, el base Mario Chalmers, cuando fueron encontrados en una habitación del hotel con mujeres y consumiendo marihuana, la NBA lo sometió a un control especial antidopaje.

A pesar que concluyó su primera temporada con unos promedios de 13,9 puntos y 5,4 rebotes en los 81 partidos que disputó, Beasley confirmo que su adaptación a la NBA no iba a ser nada fácil.

Durante los primeros meses del verano no ha hecho las mejores decisiones personales y de acuerdo a varias fuentes cercanas a la NBA, por voluntad propia, se ha internado en la clínica especializada que tiene, en Houston, el ex jugador y entrenador de la NBA, John Lucas, para superar su actual crisis.

Desde la organización de los Heat no hay ningún comentario oficial sobre el asunto y solamente la confirmación que siempre le darán todo el apoyo que necesite al jugador.

Sin embargo, fuentes cercanas a la NBA han informado bajo la condición de anonimato que Beasley fue aconsejado por los Heat para ingresase en el centro de rehabilitación después de tener conocimiento de los resultados de las pruebas antidopaje a que fue sometido durante la temporada de novato.

La política antidopaje de la NBA establece una suspensión de cinco partidos después que falle una tercera prueba de consumo de drogas.

Pero el desencadenante final de su ingreso fueron la foto que apareció en la página social de Twitter, en la que se veían dos bolsas pequeñas con marihuana, y sus comentarios con referencias al "suicidio" en frases como "Siento que no merezco vivir" o "Estoy acabado".

Mientras, el padre del jugador, Michael Beasley Sr., asegura que el problema de su hijo está relacionado con un problema de depresión ante todo lo vivido la pasada temporada, incluido el nacimiento en mayo de su primera hija, ha sido lo que le ha llevado a la actual crisis.

Por su parte, desde la figura del equipo, el escolta Dwyane Wade, hasta los otros compañeros de los Heat, Jermaine O'Neal y el propio Chalmers, han manifestado todo el apoyo hacia Beasley.

"No debemos hacer ningún tipo de juicio sobre la persona y lo único importante es que sepa que todos estamos a su lado para lo que necesite", comentó Wade a través de su página en Twitter.

Tampoco van mucho mejor las cosas en las negociaciones del nuevo convenio laboral con los 60 árbitros de la NBA después que el actual expira la próxima semana y hasta el momento las partes se encuentran alejadas de un posible acuerdo.

La liga propone una reducción del 10 por ciento en los gastos para el arbitraje y eso no es aceptado, de momento, por los profesionales, por lo que se espera que no haya un acuerdo hasta el próximo mes de octubre, cuando de comienzo la nueva temporada.

Pero si no hay acuerdo, los actuales árbitros de la NBA no van a trabajar durante la pretemporada o la temporada regular si antes no se ha firmado un nuevo convenio laboral.

Fuentes cercanas a los árbitros han dicho que el colectivo no piensa ceder a las presiones de la NBA para reducir su poder adquisitivo con el argumento de la crisis económica y aguantarían el posible cierre de actividades que les impusieran desde la liga.

Por su parte, la NBA, a través de su portavoz oficial, Tim Frank, se limitó a decir que las negociaciones continuaban y no iban a hacer ningún comentarios mientras se diesen las mismas.

La NBA también se encuentra ya en negociaciones con el sindicato de jugadores para discutir el nuevo convenio colectivo que tendrá que entrar en vigor después que concluya la temporada del 2010-11.

Ante la grave crisis económica que ha afectado a todos los sectores de la sociedad estadounidense, los dueños de los equipos de la NBA quieren que esa realidad se refleje también en el contenido del nuevo convenio colectivo que se vaya a firmar con los jugadores.

La nota positiva de la jornada para la NBA es la confirmación por parte del alero Mike Dunleavy, de los Pacers de Indiana, que se recupera con mayor rapidez de la grave lesión de la rodilla derecha que sufrió la pasada temporada.

De acuerdo al propio jugador ya sólo le falta hacer contacto físico con otros jugadores y eso podría suceder en las próximas semanas.

Aunque el entrenador del equipo, Jim O'Brien, considera que Dunleavy no estará listo para competir al ciento por ciento hasta enero del 2010.