Japón elige primer ministro con aires de cambio histórico

Tokio.-  Japón elige hoy a su nuevo primer ministro para los próximos cuatro años en unas elecciones que, de cumplirse los vaticinios de las encuestas, abrirán una nueva era política en la segunda economía mundial por el esperado triunfo de la oposición.

Los colegios electorales para los comicios que renovarán por completo la Cámara de Representantes abrieron a las 7.00 de la mañana (22.00 GMT del sábado) para que más de 104 millones de nipones mayores de 20 años puedan ejercer su derecho al voto hasta las 20.00 hora local (11.00 GMT).

El favorito es Yukio Hatoyama, de 62 años y líder del opositor Partido Democrático (PD), que defiende un programa reformista centrado en la necesidad de "cambio" y según los sondeos podría obtener un claro triunfo que acabaría con la hegemonía del PLD, la fuerza que ha gobernado Japón durante 54 años.

Hatoyama aboga por una mayor defensa de los trabajadores en estos tiempos de crisis, congelación de impuestos y reducción de la extensa burocracia nipona que implicaría un recorte de gastos, además de una política exterior de igual a igual con EEUU.

Se espera conocer los resultados de las elecciones a primeras horas del próximo lunes, según la agencia local Kyodo, aunque al cierre de los colegios los medios de comunicación publicarán sondeos a pie de urna.

El Ministerio de Interior divulgará durante la jornada datos parciales de participación, que se espera supere el 67,5 por ciento de los comicios de 2005 que ganó Junichiro Koizumi y se acerque al 70 por ciento, según las encuestas.

El voto anticipado ya batió un récord histórico y hasta el viernes alcanzó los 10,94 millones o 10,49 por ciento del censo, según el Ministerio de Interior.

En los comicios generales de septiembre de 2005 un total de 8,96 millones de japoneses ejercieron su derecho al voto anticipado pero ahora se espera que la cifra supere los 12 millones debido a que los datos del Gobierno no incluyen los sufragios emitidos ayer, sábado, según la agencia Kyodo.

Entre los que han votado ya destacan los dos principales candidatos, el opositor Yukio Hatoyama y el primer ministro, Taro Aso, de 68 años y del Partido Liberal Demócrata (PLD), cuyas circunscripciones se hallan lejos de Tokio.

Todas las encuestas divulgadas hasta el sábado, último día de campaña, auguran una derrota humillante para el PLD, el partido que ha gobernado Japón desde 1955 con un pequeño paréntesis de 10 meses entre 1993 y 1994.

No obstante, una de las claves será el comportamiento de última hora en el voto de los indecisos, que los sondeos sitúan entre el 20 y el 30 por ciento del electorado.

La meteorología, con posibles tormentas y calor, puede también afectar al resultado. El día amaneció bochornoso y desapacible en Tokio, donde han caído algunas lluvias tempranas.

La Cámara de Representantes, integrada por 480 diputados, está dominada claramente al PLD, con 303 diputados y el apoyo de los 31 escaños de su aliado Nuevo Komeito, mientras el opositor PD tiene 112.

Las encuestas realizadas antes de los comicios, no obstante, señalaban un vuelco histórico: el PLD se quedaría con alrededor de 100 escaños mientras el opositor Partido Democrático superaría los 300 y obtendría mayoría absoluta.

Según los analistas, el actual sistema electoral, aprobado en 1994, favorecerá al PD, que ha realizado una campaña más cercana a los ciudadanos y ha presentado a candidatos más jóvenes que el PLD, cuya media de edad de sus aspirantes ronda los 60 años.

Cada elector debe depositar hoy dos votos: uno con un nombre propio, para los 300 diputados que se elegirán por un sistema de único asiento, y otra para un partido, con lo que designarán un total de 180 representantes de modo proporcional.

De esa forma se espera que conocidos pesos pesados del PLD puedan salvar hoy su escaño aún en el caso de que pierdan la elección a un candidato único.

Otras siete formaciones políticas tienen posibilidades de obtener representación en la Cámara Baja, entre ellas el Partido Social Demócrata (PSD) y el Nuevo Partido del Pueblo, con los que el PD ha prometido gobernar en coalición.