El Gobierno de Navarra y el PSN están dispuestos a pactar los Presupuestos de 2010

Pamplona.-  El Gobierno de Navarra y el PSN se han reunido hoy para analizar el cumplimiento de los Presupuestos de Navarra de 2009 e iniciar las conversaciones de cara un pacto en torno a los de 2010 para el que ambas partes han expresado su disposición.

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(EFE)

El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, momentos antes de participar en la reunión mantenida con UPN.

Finalizada la reunión, que ha estado encabezada por el presidente Miguel Sanz y el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, ha sido el vicepresidente del Gobierno y consejero de Economía y Hacienda quien ha afirmado ante los periodistas que "hay senda suficiente para poder trabajar" y llegar a acuerdos que sean "buenos para todos los navarros".

Será el miércoles cuando el Ejecutivo en sesión extraordinaria apruebe las grandes cifras de las cuentas públicas del próximo año pero ya desde hoy, y "como ha sido la tónica habitual de los dos últimos años, aunque será una negociación difícil, profunda y con contenidos, hay que esperar que al final haya un acuerdo", ha indicado Álvaro Miranda.

Y ha añadido que Navarra necesita unos Presupuestos el próximo año que permitan funcionar no sólo la Administración sino también "a buena parte de la actividad económica de nuestra comunidad".

"Habrá que trabajar pero el acuerdo será posible", ha dicho, y ha precisado que como puntos de partida hay que tener en cuenta "un cierto decrecimiento" en la recaudación fiscal ante el que "no hay que hacer previsiones optimistas porque sería engañarnos a nosotros mismos" pero también la utilización de la deuda pública "al máximo que permite el Estado", el 2,75% del PIB regional, por lo que al final 2010 ésta habrá llegado al 8,23%.

En todo caso, con la suma de unos recursos fiscales "limitados" y "el recurso a la deuda en momentos de crisis", Álvaro Miranda ha señalado que los de 2010 serán unos Presupuestos "similares a los de 2009 y por tanto plenamente factibles para prever cobertura para gasto social y para el impulso de la actividad económica".

Unos objetivos ambos, reactivar la economía y mantener el Estado de Bienestar, que no sólo ha apuntado también el secretario general del PSN sino que ha dicho que es algo "irrenunciable".

Roberto Jiménez ha asegurado por ello que el PSN "no dará un cheque en blanco" al Gobierno aunque "nuestra voluntad es que haya acuerdo" porque "en un momento económico como el actual es importante para articular medidas que permitan paliar los efectos de la crisis".

Por ello, ha comentado, a falta de estudiar las previsiones económicas del Ejecutivo, que en el caso de la fiscalidad pueden quedar condicionadas por lo que se decida en el Estado, los socialistas han trasladado al Gobierno su criterio de que se deben "mantener todas las políticas sociales".

En este sentido ha señalado que aunque es "previsible que haya dificultades" para un acuerdo "yo creo que las superaremos", y la misma vocación la ha expresado en torno a las medidas concretas contra la crisis.

Será en próximas fechas cuando Gobierno y PSN celebren una nueva reunión para analizar los efectos que han tenido las aprobadas hasta ahora y valorar si es preciso adoptar nuevas, algo que Miranda ya ha adelantado que será pactado y para lo que se buscará además el consenso con los agentes económicos y sociales para "replicar" el modelo de concertación seguido hasta ahora "y que tan buenos resultados ha dado".

De momento, Roberto Jiménez ha mostrado su desacuerdo con la iniciativa anunciada la semana pasada por el Ejecutivo de destinar ocho millones de euros a dos nuevas líneas de ayuda para fomentar la inversión y el empleo y favorecer la recuperación de las empresas que tienen dificultades.

Una medida adoptada "sin encomendarse ni a Dios ni al diablo" y de la que el Gobierno "tendrá que explicar" de dónde "ha salido el dinero", ha aseverado.

También ha recordado que ya en su momento el PSN cuestionó las planteadas para fomentar la contratación porque "entendimos que eran ineficaces" y, "por lo que estamos viendo, no han dado el resultado apetecido".

Un capítulo de diferencias con el Gobierno al que Roberto Jiménez ha añadido la falta de un plan sobre necesidades de personal en sanidad, las listas de espera y el ritmo al que se evalúa la dependencia cuando se trata de una ley "seña de identidad del progresismo" que requiere "celeridad y garantías".