Colombia y México apuestan por la cooperación regional contra el narcotráfico

Washington.-  El embajador de México en Washington, Arturo Sarukhan, y la embajadora de Colombia, Carolina Barco, apostaron hoy por una cooperación regional que ayude a una lucha más efectiva contra el narcotráfico.

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(EFE)

Combo de imágenes del embajador de México en Washington, Arturo Sarukhan, y la embajadora de Colombia, Carolina Barco. EFE/Archivo

"El reto está todavía ahí, el problema es que tenemos que movernos para conseguir un mecanismo hemisférico real con los retos reales que afrontamos", dijo Sarukhan en un foro sobre los retos de la seguridad en América Latina, organizado por la organización B'nai B'rith International, en el que participó con otros diplomáticos.

Sarukhan, que hizo un repaso sobre el impacto del narcotráfico en su país desde los años 80 y la "determinación" del Gobierno mexicano para combatirlo, subrayó que se trata de un asunto que no sólo afecta a México sino a toda la región.

El embajador también mencionó otras prácticas delictivas que conlleva el narcotráfico como el lavado de dinero, tráfico de armas y el incremento de la violencia, actividades que afectan tanto a los países que producen como los que consumen la droga y por los que transitan las rutas del narcotráfico.

"Tenemos que trabajar juntos porque vamos a tener éxitos o a fracasar juntos" y aseguró que, aunque no va a ser fácil, el esfuerzo dará sus frutos.

En este sentido, la embajadora colombiana subrayó que proyectos como el Plan Colombia, puesto en marcha por el Gobierno estadounidense, contribuyen a conseguir este fin y dan una oportunidad a cambiar el presente y el futuro de un país.

Según Barco, este plan ha permitido reducir los índices de violencia y de secuestros, aunque "todavía tenemos deberes pendientes".

"Necesitamos trabajar juntos, con Estados Unidos también, porque las drogas ilegales son una de las amenazas a nuestra democracia", señaló la embajadora, que abogó por reforzar los organismos hemisféricos como la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD/OEA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Precisamente Unasur ha debatido recientemente el acuerdo para que Estados Unidos utilice bases colombianas para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo, que no ha sentado bien en algunos países de la región.

En este sentido, el ex embajador de España ante la Casa Blanca, y ex director del programa contra el terrorismo de la ONU, Javier Rupérez, consideró que un acuerdo como éste "es enormemente importante para Colombia y para la región".

"Los colombianos han hecho algo a lo que están autorizados (...) y esas decisiones no pueden ser interpretadas como actitud beligerante en contra de nadie sino en contra de los terroristas de las FARC", indicó.

El terrorismo, que según coincidieron en señalar algunos participantes, suele tener vínculos con el narcotráfico, es otra de las mayores amenazas para la región.

Rupérez señaló que este acuerdo "responde a unas necesidades de defensa vital para la estabilidad del país y de la región" y se mostró preocupado por las discusiones que ha generado y que consideró "artificiales".

"Cuando dos países a través de procedimientos certificables toman decisiones sobre acuerdos bilaterales, en este caso en la lucha contra el terrorismo y narcotráfico, no hay ningún tipo de injerencia", agregó.

Otra de las preocupaciones de Rupérez en la región fue la presencia de Irán, "no porque sea Irán sino porque tiene unas intenciones que son francamente desestabilizadoras", dijo.

Rupérez, que fue artífice de la estrategia global contra el terrorismo de la ONU, señaló que Irán "se ha dedicado a alentar movimientos terroristas en Oriente Medio" como Hezbolá y consideró que su aparición en el hemisferio "es grave".