Jesulín Ubrique corta tres orejas en su despedida en Lima

Lima.-  El diestro español Jesulín de Ubrique triunfó en su despedida en Lima y cortó tres orejas. En tanto, Miguel Ángel Perera brilló con su depurada técnica y cortó una a cada uno de su lote.

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(EFE)

El torero español Jesulín de Ubrique en acción durante su segunda faena, hoy en la feria taurina del Señor de los Milagros, en la plaza de Acho de Lima, Perú.

Ficha de la Corrida.

Seis toros mexicanos de Fernando de la Mora, desigualmente presentados y nobles en conjunto. Adolecieron de transmisión dada su sosería, sobre todo el tercero. Sobresalieron los lidiados en primer y segundo lugar. Apagándose pronto el cuarto, con poca fuerza y el sexto con menor clase.

Jesulín de Ubrique: Oreja, y dos orejas.

Miguel Ángel Perera: Oreja, y oreja.

Ángel Teruel: Silencio, y silencio.

Algo mas de media plaza en tarde soleada.

Jesulín y Perera salieron a hombros.

Dos toreros en plenitud pasaron por la plaza limeña de Acho, dando sendas lecciones de técnica y poderío ante un encierro de Fernando de la Mora, cuyo defecto más acusado fue la falta de chispa para repetir con transmisión tras la muleta.

Jesulín de Ubrique, en su penúltimo festejo en plazas de América antes de su retiro de los ruedos, planteó su quehacer al primero sin atacarlo, toreando en el tercio como acostumbra, al hilo para procurar que éste rompiera en la muleta, a la que acometía con nobleza y dulzura carentes de vibración.

El de Ubrique no se dejó tropezar con la muleta en ningún momento. Toreó de forma superior en pasajes por ambos lados con la compañía, cómplice del público que estuvo muy cariñoso con el torero gaditano.

A su segundo, le recetó la misma medicina, tras un sentido brindis al público limeño.

Las series fueron cortas y con algún muletazo profundo. Jesulín apretó el acelerador hacia la mitad de su labor, propinando series algo mas ajustadas, pero con el denominador común del temple y una actitud pausada de maestro a punto.

Mató a ambos certeramente y, de ahí, que las orejas cayeran en sus manos, aunque un buen sector protestara la segunda al cuarto.

Perera estuvo sobrado, toreando con facilidad y cabeza privilegiadas, en trasteos variados, profundos, pulseando las embestidas, haciendo fácil lo difícil.

El primero de su lote fue noble y se dejó. Fue evidente que la colocación y técnica del de Badajoz le ayudaba por la suavidad en el manejo de la muleta y por pulsear las embestidas con paciencia de santo.

Al quinto, le hizo también un quite, esta vez por ceñidas gaoneras, una saltillera y la revolera final. Se apagó pronto el astado y Perera lo intentó entonces con la izquierda, para continuar con redondos invertidos y manoletinas que fueron acompañadas por el clarín de un aviso que no bastó para apurarlo en su entregada y extensa faena. Entera, aunque algo caída, fue la estocada final.

Ángel Teruel se mostró como un torero aún en formación, nervioso en su primero pero con mas ganas en el que cerró el festejo que remataba sus embestidas con la cara a media altura, desluciendo las buenas intenciones del espada. La facilidad de sus alternantes para estar en la cara del toro opacaron sus deseos en este último al que pinchó. Quedó inédito.