Una directiva de la OMS anima a la sanidad a prepararse para el cambio climático

Sevilla.-  La directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, ha advertido hoy de que los sistemas sanitarios deben de preparase para afrontar "el impacto" que el cambio climático causa en la salud.

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(EFE)

La directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, ha advertido hoy de que los sistemas sanitarios deben de preparase para afrontar "el impacto" que el cambio climático causa en la salud.

Neira, quien ha pronunciado la conferencia inaugural del IX Congreso Nacional de Sanidad Ambiental, que se celebra en Sevilla, ha señalado que la sanidad pública debe de "reforzarse" y potenciar dispositivos como la vigilancia epidemiológica para combatir la aparición de nuevas enfermedades infecciosas o la reaparición de algunas erradicadas.

Además, ha defendido que la política sanitaria desempeñe "un papel de liderazgo" en la toma de decisiones sobre la planificación energética o la urbanística, el transporte o la construcción, ya que ello permitiría consolidar "unos hábitos de vida más saludables".

"Trabajando juntos, la salud pública y el medio ambiente, los beneficios pueden ser extraordinarios", ha enfatizado.

En su opinión, las autoridades sanitarias deben de influir en otros departamentos "donde se toman decisiones que van a tener un impacto en la salud de la gente" y no limitarse a resolver los problemas sanitarios que causan esas mismas políticas.

Ha recordado que la OMS calcula -"como una cifra muy conservadora", ha matizado- que el cambio climático causa unos 15.000 muertos directos al año, la mayoría como consecuencia de desastres naturales y ha advertido de que "si hiciéramos una estimación de los muertos indirectamente relacionados con el cambio climático, la cifra sería espeluznante".

Para Neira, el cambio climático obliga a modificaciones "fundamentales" en el estilo de vida de la sociedad moderna y supone "una oportunidad" para que las políticas sanitarias públicas influyan en la consolidación de modelos sostenibles y hábitos de vida saludables.

Ha señalado, a modo de ejemplo, que la mitad de la población mundial vive ya en núcleos urbanos, un porcentaje que aumentará al 60 por ciento en veinte años, por lo que si no se aborda una "planificación sanitaria" de las urbes "nos podemos encontrar dentro de unos años con una bomba sanitaria de proporciones considerables".

"Hay unos cobeneficios muy grandes si, al mismo tiempo que nos embarcamos en la lucha para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, podemos tener un impacto muy positivo en la salud; si no lo hacemos, vamos a tener un impacto muy negativo", ha concluido.

La consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, ha destacado que Andalucía es la primera comunidad autónoma que ha elaborado un plan de salud ambiental no sólo para afrontar los riesgos de contaminación tradicionales, entre los que ha destacado la acústica pues el ruido es ya la principal causa de sordera entre la población juvenil, sino también, las nuevas amenazas sanitarias como el cambio climático y su impacto en la aparición de nuevas enfermedades infecciosas o de especies que las transmitan.

Montero ha recordado graves episodios sanitarios causados por problemas de contaminación medioambiental, como la rotura de la balsa minera de Aznalcóllar (Sevilla) o el accidente del Prestige, por lo que ha valorado la importancia de la sanidad ambiental, disciplina que calificado de "actividad en auge".