Alertan que la desertificación incrementa los conflictos por el descenso de los recursos hídricos

Valencia.-  Varios expertos han alertado hoy de que la escasez de agua, la degradación de la tierra y la desertificación provocarán un aumento de los niveles de pobreza, de los movimientos migratorios y de los conflictos en las regiones mediterráneas.

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(EFE)

La escasez de agua, la degradación de la tierra y la desertificación en la región mediterránea y sus implicaciones en la seguridad ambiental, son algunos de los temas que científicos y políticos de paises mediterráneos analizan en unas jornadas en valencia.

Así lo han afirmado tanto científicos como representantes políticos en unas jornadas que se desarrollan entre hoy y mañana en Valencia, organizadas por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la OTAN para analizar esta problemática y sus implicaciones en la seguridad ambiental.

Los ponentes han coincidido en defender la importancia de la cooperación entre los países de la cuenca mediterránea para hacer frente a esta situación, que se irá agravando con los años, y de establecer puentes entre los científicos y los responsables de la toma de decisiones políticas para paliar este fenómeno.

El director del Plan Azul del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Henri Luc Thibault, ha destacado que 245 millones de hectáreas se ven amenazadas por la desertificación, lo que provocará que en los próximos 15 años haya "gran competencia" por el agua que se destina a la agricultura y al consumo.

La región mediterránea engloba a 21 países y representa a 420 millones de habitantes, el 7% de la población mundial, un número, según Thibault, que se incrementará en al menos 100 millones de habitantes más en 2025, de los que 95 millones residirán en las orillas sur y este del Mediterráneo.

Thibault ha señalado que para ese año "serán necesarios 50 kilómetros cúbicos suplementarios de agua al año para abastecer a los pueblos ribereños", principalmente a los situados al sur y al este, que son los que mayor agua consumen debido a que dependen básicamente de la agricultura.

También ha indicado que la demanda energética aumentará un 65% en los próximos 20 años, porcentaje que podría superar el 150% en los países del este y el sur debido a su "fuerte dependencia de las energías fósiles", y ha señalado que este escenario energético es "insostenible".

Thibault ha se ha mostrado optimista respeto al futuro y ha señalado que con un mejor uso del agua se podrían obtener 86 kilómetros cúbicos de agua al año, más de lo demandado, y que con el uso de energías renovables sería posible ahorrar 200 millones de toneladas de petróleo.

Al respecto, el profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén Uriel Safriel ha manifestado que una mayor aportación de agua "no tiene por qué ser la única solución a este problema", sino que, a su juicio, "es necesario una mejor gestión" de este recurso.

Además, ha asegurado que el riesgo de desertificación se incrementa debido al crecimiento de la población y al aumento de las zonas secas, como consecuencia del cambio climático, aunque ha dicho que estas zonas también pueden ofrecer oportunidades, como la venta de energías renovables.

Por su parte, el director del Centro de Investigaciones sobre Desertificación, José Luis Rubio, ha destacado que según los datos del Plan Azul del PNUMA, 63 millones de personas de la región mediterránea vivirán en 2025 por debajo del umbral de escasez de agua, situado en 500 metros cúbicos de agua por persona y año.

Asimismo, ha señalado que los procesos de desertificación, entre ellos los incendios y las inundaciones, provocan la pérdida de recursos e incluso de vidas, y ha recordado que en los últimos cuarenta años, en España "han muerto más de 2.000 personas" como consecuencia de este fenómeno.

Rubio ha defendido la necesidad de que la ONU establezca mecanismos legales para abordar esta problemática, entre los que ha reclamado definir "con claridad qué es un inmigrante ambiental" y ha pedido un aumento de la cooperación entre países, así como un mayor apoyo a los países del este y el sur del Mediterráneo.