Milito, de central repudiado por el Madrid a referente en el eje barcelonista

Barcelona.-  El central argentino del FC Barcelona, Gabriel Milito, vivirá el domingo su primer clásico del fútbol español, y lo hará enfundado en la camiseta azulgrana, aunque si se hubiesen cumplido sus expectativas lo haría vistiendo la zamarra madridista.

En dos ocasiones el jugador argentino estuvo en la lista de futuribles del Madrid; el verano pasado y, especialmente, en el inicio del campeonato del 2003-04, cuando el por entonces defensa de Independiente estaba a punto de firmar por cuatro años por el conjunto madridista, pero una revisión médica desveló unos supuestos problemas en su rodilla derecha.

El que debía ser el sustituto de Fernando Hierro acabó abatido con un parte médico en las manos, firmado por Alfonso del Corral, que desaconsejaba su contratación porque se suponía que el central de Independiente y de la selección argentina "no podría aguantar el ritmo del equipo durante los años de contratación".

Al joven argentino se le cerró una de las puertas grandes para jugar la Liga, pero se le abrió otra también de mucho prestigio al recibir una oferta del Zaragoza, donde llegó a jugar con su hermano, Diego.

Después de cuatro temporadas a un nivel aceptable, a Gabi se le presentó este verano una nueva opción de dar el salto al Madrid. De hecho, la entidad madridista volvió a sondearle ante el infortunio de los último años por conseguir dos defensas centrales indiscutibles.

Al final, la entidad madridista se decantó por el alemán Cristoph Metzelder y por el brasileño Kleper Laveran Lima 'Pepe' para acompañar a Fabio Cannavaro en el eje de la defensa.

Pero al margen del renovado interés del Madrid, el propósito más firme para el futuro de Milito estaba en Barcelona, donde el conjunto catalán, después de que el francés Liliam Thuram no acabase de cuajar, tenía un único interés; hacerse con el argentino.

De las cuatro contrataciones efectuadas por el Barça esta temporada (Milito, Abidal, Henry y Touré), para muchos culés el fichaje del central sudamericano ha sido, sin duda, el mayor acierto.

Después de haberse alternado con Thuram en el eje defensivo, y también con Carles Puyol, finalmente Milito se ha estabilizado con el mexicano Rafael Márquez en el centro de la zaga.

El técnico barcelonista, Frank Rijkaard, tardó algunos partidos a darle la alternativa para otorgar una última oportunidad a viejos inventos, pero finalmente tuvo que rendirse a la evidencia y entregarse a la disciplina y contundencia de Milito, uno de los jugadores con mayor personalidad dentro del campo.

El domingo que viene tendrá la oportunidad de sacudirse de encima viejos fantasmas, aunque en los últimos cuatro años, enfundado en la camiseta del Zaragoza, ya pudo reivindicarse ante el Madrid en más de una ocasión para mostrar que su desquite fue un grave error.