Una jueza evalúa los informes sobre Padilla antes de dictar sentencia en su contra

Miami (EE.UU.).-  El esperado anuncio de la sentencia contra José Padilla, declarado culpable en Miami (EE.UU.) de integrar una célula terrorista, se retrasó hoy una vez más, mientras la jueza encargada del caso sopesa los argumentos enfrentados de la Fiscalía y los abogados.

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(EFE)

Ilustración del pasado 27 de febrero, del presunto terrorista José Padilla. El anuncio de la sentencia contra Padilla se retrasó hoy una vez más, mientras la jueza encargada del caso sopesa los argumentos enfrentados de la Fiscalía y los abogados.

La Fiscalía pide la sentencia de cadena perpetua para Padilla y otros dos imputados a los que acusa de integrar un célula terrorista en Estados Unidos, que conspiró para secuestrar, mutilar y asesinar a personas en el extranjero como parte de una guerra santa.

Sin embargo, los abogados de los presuntos terroristas arguyen que sus clientes merecen una condena considerablemente inferior, ya que, aún en el supuesto caso de que éstos hubiesen colaborado con grupos islámicos radicales, eran sólo figuras secundarias y no jefes.

Por ello, durante los tres días que ya se ha prolongado la vista para sentencia, que comenzó el martes pasado, los letrados solicitaron a la jueza encargada del caso, Marcia Cooke, un dictamen benévolo para los tres imputados.

El estadounidense Padilla, de 37 años y origen puertorriqueño; el libanés Adham Amin Hassoun, de 45, y Kifah Wael Jayyousi, de 46 y origen jordano, fueron hallados culpables en agosto pasado de ser parte de una célula de apoyo a Al Qaeda, tras tres meses de juicio.

Michael Caruso, abogado de Padilla, pidió a la jueza que su defendido no reciba una pena superior a los diez años de prisión, al tiempo que argumentó que el puertorriqueño viajó a Oriente Medio para asistir a un campamento de entrenamiento, pero que nunca estuvo en Kosovo o Chechenia.

Según la acusación de la Fiscalía, los tres imputados estaban implicados en una conspiración vinculada a conflictos armados surgidos en países como Somalia, Kosovo, Afganistán o Chechenia.

Pese a que el Gobierno estadounidense calificó a Padilla de "recluta estrella", Caruso sostuvo que no hay ninguna prueba de que su cliente tramara o participara en alguna operación para asesinar, mutilar o secuestrar a personas en el extranjero.

En respuesta a las alegaciones de Caruso, la Fiscalía reiteró que Padilla, ex pandillero convertido al islám y conocido también como Abdullah al-Muhajir, comparece ante el tribunal como "un asesino entrenado por Al Qaeda".

El fiscal adjunto Russell Killinger sostuvo que el Gobierno de EE.UU. presentará en la audiencia pruebas que demuestran que Padilla "se graduó con éxito en el campo de entrenamiento" de Al Qaeda en Afganistán, una prueba en su contra que puede resultar clave.

Sin embargo, el letrado de Padilla replicó que suman miles los jóvenes musulmanes que asisten a los campos de entrenamiento en Afganistán como una obligación religiosa para proteger a las comunidades musulmanas y no con el objeto de convertirse en terroristas.

Mientras, los abogados de Hassoun y Jayyousi piden que la sentencia no supere los seis años de cárcel para el primero y 21 meses para el segundo.

Hassoun es descrito por la Fiscalía como el cerebro que reclutaba y captaba a los futuros miembros, mientras que Jayyousi desempeñaba las funciones de propaganda y financiación.

Hassoun conoció a Padilla en una mezquita de Florida y sufragó en 1998 los gastos de viaje del segundo a Egipto, desde donde al parecer éste se dirigió a Afganistán para cumplimentar en 2000 un formulario que le permitiera acudir a un campo de entrenamiento de Al Qaeda.

Jeanne Baker, abogada de Hassoun, quien supuestamente captó a Padilla para Al Qaeda, insistió en que su cliente sólo estaba interesado en que éste siguiera unos cursos y estudios de árabe y religión islámica.

Padilla estuvo detenido durante tres años y medio en una base militar sin que se le presentaran cargos y tratado como "combatiente enemigo", desde su detención en 2002 en el aeropuerto O'Hare de Chicago.

Su detención se produjo bajo la acusación de estar gestando un plan para construir y detonar una "bomba sucia" radiactiva contra civiles en Estados Unidos, aunque esa acusación no se incluyó en el juicio.

La Administración del presidente George W. Bush transfirió en enero de 2006 a Padilla de la custodia militar a la jurisdicción de un tribunal civil en el estado de Florida.