¿Y si tu alcalde fuera un superhéroe?

Toda la vida se han asociado los cómics de superhéroes con un público infantil, con aventuras estériles, puro divertimento, seres rectos en un mundo en blanco y negro donde estaba muy claro quién era el bueno y quién era el malo. La idea sigue estando presente en el público no habitual que no considera el cómic un medio al mismo nivel que cualquier otro arte. Pero los fans vieron como a mediados de los 80, un grupo de jóvenes guionistas decidieron darle una vuelta de tuerca al género, bastante arriesgada, creando, de paso, obras maestras.

Estamos hablando de Alan Moore y su 'Watchmen', Frank Miller y su 'Daredevil' y 'Batman Año uno' y Rick Veitch y su 'Brat Pack'. En estos cómics el superhéroe empezaba a tener dudas, ya no se movía en ese mundo de fantasía, de colorines, bajaba a un nivel más urbano, interactuaba más con la gente de la calle.

Pero asociar los cómics de superhéroes y la política (excepto en contadas excepciones como alguna saga del Capitán América) era ir demasiado lejos. Hicieron falta unos cuantos años más, una nueva hornada de guionistas y otra forma de ver el género: Existían grupos politizados al máximo como The Ultimates, varios títulos de la Línea Vértigo y el título que nos ocupa, que es el ejemplo más claro.

'Ex Machina' es un cómic creado por el excelente guionista Brian K. Vaugham, autor también de la original 'Y el último Hombre' -y en huelga en estos momentos- y dibujado por Tony Harris. Narra la historia de Hundred Mitchell, un tipo normal que adquiere el poder de comunicarse con las máquinas debido a un meteorito. Después de una corta carrera como superhéroe decide que ayudará mejor a su ciudad en la política, así que se presenta a alcalde de Nueva York y gana las elecciones.

A partir de aquí nos encontramos una historia de lo más fascinante, donde se mezclan los superhéroes (sobre todo mediante flashbacks), la intriga policial y política y los aspectos sociales.

Vaughan no le tiene miedo a nada y aborda temas comprometidos (bodas homosexuales, el 11-S, el periodismo). Nos muestra qué tipo de decisiones tiene que tomar el alcalde, cómo debe contentar a los ciudadanos, y cómo influye, además, que todo el mundo sepa que ha sido un héroe enmascarado. Sabe mezclar estos elementos para conseguir una trama de lo más interesante.

Por su parte, el dibujo de Harris, cumple su papel, pues no es un dibujante espectacular, pero se defiende en las escenas de acción, y maneja mejor que muchos otros las escenas cotidianas.