Desmienten el uso de vacunas contra la fiebre amarilla a favor del partido de Gobierno de Paraguay

Asunción.-  Miles de paraguayos se agolparon en los centros de salud para vacunarse contra la fiebre amarilla, mientras que el Gobierno intenta evitar que la enfermedad sea utilizada en la campaña para las elecciones presidenciales del 20 de abril que comenzó hoy oficialmente.

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Este lunes proseguían las tareas de inmunización de las personas que formaron grandes filas en los hospitales de Asunción y de los municipios colindantes, un día después de que más 150.000 habitantes de la región fuesen vacunados con parte de las 800.000 dosis enviadas por Brasil y las 140.000 procedentes de Perú.

Las autoridades sanitarias intentan, sin gran eco, convencer a los paraguayos de acuerdo a las normas internacionales que sólo está recomendada la vacunación en las zonas donde se ha detectado la enfermedad, que todavía no ha llegado a la capital.

Según los datos oficiales, se han registrado este año 6 casos confirmados de fiebre amarilla, otro 5 "altamente probables" y 8 sospechosos, mientras que el ministro de Salud, Óscar Martínez, reconoció hoy que seis personas podrían haber muerto a causa del mal.

Además, Martínez rechazó las denuncias de la oposición y de algunos medios de comunicación locales sobre la utilización de las vacunas para respaldar a los candidatos del gubernamental Partido Colorado en las elecciones de abril.

En ese sentido, el titular de la cartera calificó de "irresponsable" la denuncia de que el ex ministro de Industria y Comercio, José María Ibáñez, candidato "colorado" para la Gobernación del departamento Central, dispuso de un lote de vacunas para distribuirla entre sus seguidores.

"Rechazo categóricamente que haya habido una politización en cuanto a la vacunación", señaló Martínez tras una reunión que mantuvo con el jefe de Estado, Nicanor Duarte.

"Creo que es una denuncia irresponsable. Ustedes están viendo como se está trabajando en los centros médicos", precisó el ministro, quien atribuyó a la oposición la propagación de ese tipo de rumores.

A pesar de los intentos del Gobierno de desvincular de la campaña electoral la crisis sanitaria, que obligó a declarar el estado de emergencia nacional la semana pasada, varios sectores de la oposición han pedido la destitución del ministro de Salud por lo que consideran mal manejo de la situación.

En las últimas horas, ha pedido la renuncia del ministro el presidente del Congreso, Miguel Abldon Saguier, senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), segunda fuerza electoral del país integrada en la coalición Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que presenta como candidato presidencial al ex obispo católico Fernando Lugo.

También apoyan su renuncia dirigentes del Partido Patria Querida (PPQ), tercera fuerza política que postula a la Presidencia al empresario Pedro Fadul, que calificó de incompetente a Martínez.

No obstante, el ministro minimizó el hecho y acotó que su continuidad en el cargo "es potestad del presidente de la República".

El minoritario Partido Movimiento al Socialismo (P-MAS), que integra la APC, aprovechó la aparición de la fiebre amarilla para divulgar caricaturas del mosquito que transmite la enfermedad con los rostros del jefe de Estado y de la candidata presidencial de los "colorados", Blanca Ovelar, y con jeringas con la inscripción: "Que se enfermen ellos".

En cambio, Ovelar, ex ministra de Educación, recorrió algunos barrios de Asunción para colaborar en las tareas de eliminación de los posibles criaderos del "aedes aegypti", uno de los vectores de la fiebre amarilla.

Ovelar rechazó toda responsabilidad del actual Gobierno sobre el surgimiento de la enfermedad, desconocida en el país desde hace 34 años, y dijo que puede ser un efecto "del cambio climático" y no de la improvisación de las autoridades.

Como la ex ministra, los especialistas aconsejan para evitar una epidemia la destrucción de los criaderos del mosquito transmisor, que en las ciudades es el mismo que propaga el dengue, enfermedad que a principios del año pasado provocó 17 muertes de más de 27.000 enfermos.

La vacunación masiva se concentra en la ciudad de San Lorenzo, a 20 kilómetros de Asunción, donde se sospecha que tres personas han muerto a causa del mal, la última un joven de 18 años que falleció este domingo en un hospital de Asunción en el que estaba internado con los síntomas de la enfermedad.