¿Son los animales autistas inteligentes?

MADRID.-  Las extraordinarias habilidades cognitivas de ciertos animales traen de cabeza a los zoólogos. ¿Acaso poseen una mente estas criaturas presuntamente inferiores? Y, de ser así, ¿cómo funciona? Una científica defiende una curiosa teoría: los animales piensan de modo parecido a esos autistas capaces de hazañas tales como memorizar el listín telefónico, realizar en segundos cálculos complicadísimos o dibujar con fidelidad rascacielos vistos de una ojeada, con su número exacto de ventanas.

G. Kaplan (CABN)

Una urraca australiana.

Ahora bien, este planteamiento no deja de ser cuestionado por otros científicos. Es el caso de un estudio de la Universidad de Trento (Italia) publicado en 'PLoS Biology', que relaciona estas habilidades con una especialización adaptativa.

El autismo, síndrome caracterizado por un trastorno del desarrollo psico-social, se asocia a posibles deficiencias en el funcionamiento del cortex cerebral, quizás de origen genético o hereditario, sin descartar la influencia de traumas psicológicos. Los 'autistas savant' (inteligentes o sabios, en francés) constituyen uno de los fenómenos cognitivos más fascinantes, pues combinan el retardo mental con impresionantes dotes musicales, matemáticas o artísticas (el caso del as del póker interpretado por Dustin Hoffman en 'RainMan').

Pues bien, según Temple Grandin, profesora de Ciencia Animal en la Colorado State University (EEUU), algunos animales combinan igualmente genialidad puntual e inteligencia general limitada. La urraca australiana, por ejemplo, imita con fidelidad la compleja secuencia sonora del canto del martín pescador (tal como Mozart era capaz de oír un concierto una sola vez e inmediatamente sentarse a escribir la partitura de un tirón). Otros pájaros cuentan con una impresionante memoria, como el cascanueces norteamericano, que almacena comida en miles de escondites sin olvidar su ubicación. En el mismo rango se sitúa el ultrapreciso biosónar de delfines y los murciélagos, y la 'brújula interior' que guía a las aves migratorias a través de áreas inexploradas.

Grandin habla por experiencia propia, pues padece autismo, aunque no al extremo de impedirle obtener un doctorado en Zoología. Y está convencida de que su vivencia personal le permite empatizar con la mente animal. Para la especialista, las criaturas y los 'autistas savant' tienen en común cierta manera de procesar los datos del mundo exterior. "Los humanos piensan con el lenguaje, pero los animales, que carecen de lenguaje verbal, almacenan sus recuerdos como pinturas, sonidos u otras impresiones sensoriales. Todos mis pensamientos se expresan en imágenes del tipo de las fotográficas. Puedo buscarlos en mi cerebro como si utilizase el buscador Google de imágenes".

El modelo elaborado por Grandin ha atraído el interés de otros autores, que, sin embargo, ofrecen una explicación más tradicional de tan curioso fenómeno. En el artículo publicado en 'PLoS Biology' atribuyen los dones animales a la especialización adaptativa (un ejemplo: el hipocampo del cascanueces se ha híperdesarrollado en respuesta a las exigencias planteadas por la necesidad de recordar donde esconde sus alimentos). Por otra parte, las especies citadas por Grandin no sufren deficiencias cognitivas en otros campos, tal como les ocurre a los autistas inteligentes: por lo contrario, se comportan como individuos comunes. Nada que ver, por lo tanto, con la mente autista.

En un notable gesto de cortesía, los autores le pidieron a Grandin un comentario a sus críticas. La zoóloga de Colorado, lejos de tomárselas a mal, respondió: "me agrada haber estimulado tanto debate, y espero que fomente más investigación en la cognición animal".

Una discusión compleja y fascinante, a todas luces. Porque la "mente" de las criaturas que nos rodean sigue siendo un universo desconocido en el que sólo estamos comenzando a adentrarnos.