Álvaro Cuesta advierte de que "no se puede votar a otro creyendo que contribuye al Gobierno Zapatero"

Oviedo.-  El cabeza de lista del PSOE por Asturias Álvaro Cuesta advierte en una entrevista con la Agencia EFE que en las elecciones del 9 de marzo "el que quiera que gobierne Zapatero debe votar al PSOE" y que los progresistas "no pueden votar a otro partido creyendo que contribuyen" a mantenerlo en el poder.

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(EFE)

El cabeza de lista del PSOE por Asturias al Congreso, Álvaro Cuesta, durante el acto tradicional de inicio de campaña electoral.

Cuesta (Oviedo, 1955) alerta contra la abstención y lamenta "el juego poco limpio" de Izquierda Unida en Asturias al "bloquear" con el PP los presupuestos del Principado y formar una "pinza" con los conservadores en sitios como Cangas del Narcea "donde ambos se han puesto en manos de tránsfugas que ahora no parecen tales".

El secretario de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE incide además en que Zapatero no tiene garantizado formar gobierno "por vías indirectas" y que sólo seguirá al frente del Ejecutivo "si es el más votado y tiene una mayoría estable".

En el caso de Asturias, Cuesta considera "muy difícil" romper el equilibrio en escaños entre socialistas y populares -4 para cada uno de los 8 que se eligen en la región- pero ve factible que el PSOE vuelva a ser, por primera vez desde 1993, el partido más votado en unas generales y obtenga tres de los cuatro senadores en disputa.

A su juicio, la presencia del alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, como cabeza de lista del PP, no tendrá excesiva influencia en el resultado "porque los ciudadanos siempre contestan a lo que se les pregunta y ahora hay que elegir entre Rajoy y Zapatero", así como por el "acusado perfil localista" del candidato popular y su trayectoria de buscar "enfrentamientos entre asturianos".

Asegura guardar la boina y el diccionario de bable que le regaló De Lorenzo -"soy un coleccionista de recuerdos", afirma- y que el alcalde de Oviedo, con sus reiteradas alusiones al resultado de las municipales en las que lideraron ambas candidaturas, "camina mirando por el retrovisor y corre el riesgo de pegarse un batacazo".

Para Cuesta, la pasada ha sido una legislatura "histórica" para Asturias en términos de inversión, aunque considera "un lunar" no haber suprimido el peaje del Huerna, "que se ha rebajado" y ha incidido en que el Gobierno "no renuncia" a seguir en la línea de bajar su precio.

Los próximos años deben ser, añade, los del AVE en Asturias y los de su conversión "en una comunidad puntera en materia energética y de excelencia, en temas de futuro más allá del cemento".

Tras apostar por Rodríguez Zapatero cuando optó a la Secretaría General del PSOE, Cuesta asegura sentirse "orgulloso" de los cargos que ostenta y señala que la posibilidad de que forme parte del Gobierno "es responsabilidad" del jefe del Ejecutivo.

Advierte, no obstante, que Asturias "ha ganado más con Zapatero que con ningún otro gobierno con ministros asturianos ya fuera de Aznar o de González".

Parlamentario desde 1982 y miembro de la comisión de investigación del 11-M, en la que afirma haberse "escandalizado" de la actitud del PP, el candidato del PSOE estima que los atentados de Madrid han salido de la agenda de los populares porque les incomodó una sentencia "que puso de manifiesto su inmensa mentira".

En cuanto a la frustrada negociación con ETA, Cuesta cree que Zapatero cumplió con un mandato parlamentario, "que implicaba no hacer concesiones políticas y no las hizo", con una obligación ética, "la de salvar vidas", y que no bajó "la guardia" y reforzó los medios antiterroristas y su coordinación.

"ETA está más débil que nunca en toda su historia y es indigno que el PP intente reforzar la moral de los terroristas con un falso discurso en el que se sobredimensiona su potencial y lo que más favorece la moral de una ETA que está derrotada es el desleal discurso de Rajoy y (Francisco José) Alcaraz juntos", añade.

En cuanto a la toma de postura de la Conferencia Episcopal previa a las elecciones, Cuesta subraya que "los radicales e integristas Rouco, Cañizares y García-Gasco" no representan "los mejores valores del cristianismo" y que "se han apartado de la Constitución" al defender "una vuelta al nacional-catolicismo que no conecta con la mayoría de españoles, pero sí con la mentalidad de Rajoy".

Asegura apreciar "zonas de inconstitucionalidad" en los acuerdos alcanzados entre España y el Vaticano en 1978, sobre todo en lo relativo a la asignación tributaria de la Iglesia Católica, y aboga por reformar la Ley de Libertad Religiosa y por adaptar los convenios de cooperación del Estado "con todas las religiones"