Trinos para seducir a las pájaras

MADRID.-  Que los pájaros cambian de melodía cuando se trata de seducir a una hembra era cosa sabida; pero de cómo le caían esas serenatas a las pretendidas nadie tenía la menor idea. El enigma acaba de ser resuelto, gracias a un estudio de investigadores de la Universidad de California (EEUU), publicado en Plos Biology, que ha descubierto qué tipo de serenatas prefieren las cortejadas, y sobre todo, cómo adaptan ellos sus canciones al gusto de ellas.

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Un pinzón cebra como los estudiados por los científicos

Quienes han ayudado a desentrañar el misterio han sido los pinzones cebra (Taeniopygia guttata), aves canoras de origen australiano utilizadas habitualmente en las pesquisas sobre conducta animal, debido a la facilidad con la que se reproducen en laboratorio.

En esta ocasión, unos investigadores de la Universidad de California reunieron dos grupos de hembras, el primero formado por aquellas que habían tenido pareja durante un tiempo, y el segundo por otras que no. Cada espécimen fue colocado en un jaula equipada con tres parlantes dispuestos a cierta distancia uno del otro, de los cuales salían cantos de pinzones machos, unos de cortejo y otros carentes de esa finalidad, que entonan cuando no hay hembras presentes (como quien canta en la ducha, digamos).

A continuación, filmaron a las hembras con el objetivo de conocer cuánto tiempo pasaban junto a cada parlante escuchando los cantos.

Primera conclusión: todas las hembras de ambos grupos pasaron más tiempo cerca de los parlantes que emitían canciones de cortejo.

Segunda conclusión: las hembras 'emparejadas' preferían los trinos que les sonaban familiares (habían sido entonados por sus compañeros), la prueba de que la experiencia deja huella en el gusto musical de esas aves.

Tercera: las pájaras demostraron poseer un oído especial para los detalles de las canciones, pues eran especialmente sensibles al grado de variabilidad en el tono de las notas, evidenciando una mayor preferencia por los cantos de cortejo que menos pasaban de los agudos a los graves y viceversa.

Descubrieron además que los machos modulan su tonada cuando tienen el propósito de copular con una hembra o formar pareja. Se trata de una variación extremadamente sutil, no tanto en la clase de notas o en la melodía como en su duración, 'tempo' y modo de presentación. Cuando pretenden impresionar a una hembra cantan más rápido y en un tono más uniforme mientras danzan alrededor del objeto de su devoción.

Programa informático

Analizadas las canciones con un programa informático, resultó que en esas circunstancias los machos entonan canciones más estereotipadas porque las hembras las prefieren así. "Las preferencias de estas últimas modulan la conducta vocal de los machos a lo largo de la evolución", apunta Sara Woolley, una de las autoras del trabajo publicado en 'Plos Biology'.

A continuación, los expertos examinaron el cerebro de las hembras y encontraron dos áreas que intervienen en el reconocimiento de las canciones: una de ellas reacciona según se trate de canciones de cortejo o no; y la segunda según sean familiares o no. El dato "sugiere que existen neuronas implicadas en cierta clase de percepción social", añade Woolley.

El hallazgo, además de iluminar la vida amorosa del pinzón cebra, puede repercutir en provecho de los seres humanos, afirman los científicos. Al parecer, el canto de las aves pone en funcionamiento mecanismos motrices similares a los subyacentes a la música y el deporte; de ahí que el conocimiento de cómo los circuitos cerebrales de los pájaros reconocen señales acústicas de valor social y de cómo adquieren esa capacidad, podría arrojar luz sobre trastornos de la interacción, como el autismo.