Fontaneda asegura que no engañó a los inversores hasta que "se nos desbordó todo"

Pamplona.-  Antonio Fontaneda, autor confeso de un delito de estafa de 7,7 millones de euros que afectó en el año 1999 a unos 250 pequeños inversores, ha declarado hoy que al comienzo de montar sus negocios "no había intención de engañar a nadie" hasta que "nos desbordó el tema porque pagábamos altos intereses".

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(EFE)

Antonio Fontaneda Martínez en el momento en que prestaba declaración hoy en la Sala del Jurado de la Audiencia Provincial de Navarra donde continúa el juicio contra su socio, Manuel Cid Conde, y otros dos procesados por un delito de estafa tipo piramidal cometida contra unos 250 pequeños inversores.

El promotor artístico, quien reconoció antes de comenzar el juicio el pasado jueves la estafa y se conformó con una condena de 3 años y 8 ocho meses de cárcel, ha asegurado que sin la ayuda de su socio, Manuel Cid Conde, para quien el fiscal pide 6 años de cárcel, y la del ex director de una sucursal del banco Guipuzcoano en Pamplona, Juan Pedro Echarri, para quien pide la absolución, "nunca hubiera conseguido tanto dinero", cantidad que cifró en más de 2.000 millones de pesetas.

La declaración de Fontaneda comenzaba esta mañana después de que las acusaciones particulares en representación de los afectados por la estafa tipo piramidal retiraran la acusación a Jesús Adolfo Guallar, a quien el fiscal no acusaba, por lo que de los cinco procesados en el denominado caso Fontaneda sólo quedan Cid Conde y Echarri en el banquillo de los acusados.

Seguidamente, Fontaneda recalcó que tanto Cid como Echarri estaban a corriente de "todos mis negocios" e "incluso de mis antecedentes penales, de todo", y añadió que si finalmente no pudo devolver los aproximadamente 1.300 millones de pesetas que adeuda a los inversores no fue porque "no tuviera dinero, sino porque me detuvieron".

Además, aclaró que no fueron 250 personas las que invirtieron en apenas ocho meses en sus negocios, la mayoría de ellos de Guipúzcoa y Navarra, "sino muchas más" e ironizó con que "los demás no me denunciaron porque era dinero negro", y añadió en ese sentido que la "avaricia rompe el saco".

"Todos los inversores me conocían porque yo trabajaba en la televisión", recalcó Fontaneda, quien añadió que si bien a algunos de ellos "no les parecía bien mi famoseo" a otros les "daba morbo", e hizo hincapié en que "todos sabían a qué me dedicaba" y apuntó en especial a el ex director del banco Guipuzcoano, Juan Pedro Echarri.

Ante dichas declaraciones contra Echarri, éste comenzó a decir que "todo es mentira", por lo que tras ser advertido por el tribunal en varias ocasiones para que guardara silencio, fue expulsado de la sala.

Tras la declaración de Fontaneda, quien ya se encontraba en la prisión de Pamplona cumpliendo una pena de cuatro años de cárcel por un delito de malversación de caudales, prestó declaración esta tarde su socio Manuel Cid Conde, quien negó todas las manifestaciones de Fontaneda.

Así, Cid Conde dijo haber conocido a Fontaneda ocho meses antes de que lo detuvieran, en abril del 2000, que le convenció para que captara inversores tras asegurarle que era una persona "importante, solvente y muy bien relacionada" con el mundo del espectáculo y de que "tenían muchos proyectos", lo cual "me creí al verle en la televisión y llevarme a una fiesta a Marbella", tras lo que reconoció que "nos deslumbró a todos".

Explicó también que fue a raíz de que convenciera a diez de sus clientes de San Sebastián cuando comenzó lo que luego "resultó ser una estafa tipo piramidal", en la que él "y toda mi familia invertimos dinero sin saberlo", y aseguró al respecto que no obtuvo beneficio alguno ya que "lo he perdido todo".