Greenpeace asalta los bancos de Madrid

MADRID.-  Éste es un banco de las calles de Madrid. Es de madera de iroko, un árbol procedente de selvas tropicales, e incluso venerado por algunas culturas africanas. Greenpeace ha realizado una acción de protesta para pedir garantías de que no proviene de talas ilegales.

Greenpeace

Los ecologistas retiraron por la noche seis de estos bancos y los llevaron hoy a las puertas del Ayuntamiento para denunciar el incumplimiento del compromiso del alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, de tomar medidas para que la contratación pública del mobiliario urbano de la ciudad no contribuya a la destrucción de bosques tropicales.

Según el informe de Greenpeace 'Sentados sobre la destrucción', estos bancos están elaborados fundamentalmente con iroko, aunque las ordenanzas municipales también permiten que estén fabricados de lauan rojo, sipo, tauari, merbau o cerejeira. Todas ellas maderas muy resistentes para aguantar a la intemperie. Para los ecologistas, el problema es que las maderas de iroko y sipo salen de los bosques de África, las de tauhari y cerejeira de la Amazonia brasileña, y las de merbau y lauan rojo de las selvas del sureste asiático: "Tres regiones donde la corrupción, la tala ilegal y las violaciones de derechos humanos están enraizadas en el sector maderero", indica Greenpeace, que asegura que "entre el 63 y el 80% de la extracción de madera en la Amazonia brasileña es ilegal, el 80% de Indonesia, y hasta del 50% en algunos países africanos".

Además, el informe señala directamente a dos empresas españolas suministradoras de mobiliario urbano: Conalsa y Moycosa. "Estas empresas han tenido madera ilegal o de países en conflicto", afirma Miguel Ángel Soto, responsable de Bosques de Greenpeace, "no podemos afirmar que cada uno de los bancos de Madrid sea de madera ilegal, pero tenemos más que sospechas que está ahí, es muy probable".

Según este ecologista, "la administración no consigue garantizar que el dinero público no va a un mercado que está manchado con madera ilegal". Para esta organización, esto resulta clave, pues además del ejemplo que supone, el gasto de las administraciones públicas equivale al 18% del PIB de la Unión Europea.

Hola, ¿empresa Moycosa?

¿Qué dicen estas empresas? "Esto es una barbaridad", se quejaba hoy el director general de Ignacio Lallana, director de esta compañía. "No se puede decir que esta sea madera ilegal".

"Estoy un poco alucinado, pues me parece bien que pidan que la madera sea certificada, pero lo que no pueden es hacer creer que si no está certificada entonces no cumple la legalidad", comenta el responsable de Moycosa, que subraya además que su empresa cuenta justamente con el certificado 004181 de FSC para productos de mobiliario urbano y juegos infantiles. Un sello que garantiza la sostenibilidad de esa madera."Nosotros tenemos el sello FSC, lo que ocurre es que el Ayuntamiento pide madera de iroko y en el mercado no existe ahora mismo esta madera certificada", detalla Lallana, "nosotros estaríamos encantados de que el Ayuntamiento exigiera madera certificada". "Ahora bien, son ellos los que deciden de qué tipo de madera están hechos los bancos".

"¿Que dicen que tienen el sello FSC? Pues esa certificación será para pináceas de otros lugares en los que no hay talas ilegales o conflictos armados, pero no para las especies tropicales de este mobiliario urbano", replica a su vez Miguel Ángel Soto. "El meollo de la cuestión está en las maderas africanas con las que se hacen estos bancos, por eso el Ayuntamiento debe presionar a estas empresas".