Hillary Clinton, la nueva jubilada de oro

Todos los esfuerzos de Hillary Clinton por continuar en la carrera a la nominación demócrata han sido vanos y Estados Unidos ya da por muerta la candidatura de la ex primera dama a la Casa Blanca.

Tras años de carrera política y sacrificios personales con vistas a esta candidatura presidencial, los sueños de Hillary se han desvanecido en cuestión de meses. Se abre una nueva etapa para la senadora. Pero, ¿qué modalidad de retiro podría adoptar?

Modelo Al Gore: El nuevo Capitán Planeta ha sido todo un ejemplo de cómo reconvertir un fracaso local (aunque al menos él logró acceder a la nominación demócrata) en un indiscutible éxito global. Al más puro estilo de los libros de auto ayuda ("Usted también puede tener éxito en esta vida") y en cosa de un año, Gore se ha hecho con un Premio Nobel, un Oscar y un Príncipe de Asturias, ni más ni menos. Las pretensiones ambientales de Clinton son, con toda seguridad, menos ambiciosas que las de el ex candidato a la presidencia, pero creemos que emular la figura de su compañero demócrata puede ser una buena carrera para la senadora.

Modelo Jimmy Carter: Una de las mejores salidas para candidatos y presidentes retirados es la de hacerse un hueco en la política internacional. Si Clinton todavía no está muy convencida, que mire al ex presidente Jimmy Carter: negociando y deshaciendo entuertos a troche y moche por el mundo (hoy Palestina, mañana Nigeria...). Si los galardones a los que podría aspirar como mediadora (el premio Nobel de la Paz, por ejemplo) le parecen baratijas comparadas con la nominación presidencial, también podría forjarse una carrera a lo Felipe González o Tony Blair, dos candidatos a presidir la UE. Qué pena que ese invento no exista en Estados Unidos. Pero, ¿y el Partido Demócrata? Tiembla Howard Dean...

Modelo Aznar: ¿Por qué no desempolvar los viejos libros de Derecho de sus tiempos en Yale y dedicarse a dar lecciones magistrales sobre diplomacia en alguna prestigiosa universidad americana? Desde luego, renombre no le va a faltar a su cátedra y sólo por tener la posibilidad de poder compartir departamento o despacho con Aznar, es una opción que merece la pena no desestimar. Si además aprovecha para cruzar el charco y establecerse en alguna universidad extranjera, puede ser un gran momento para aprender idiomas. Tampoco está mal la posibilidad de convertirse en la ponente estrella de algún 'think thank'. Pero no uno como las FAES o ése que va montar Caldera, sino a uno de esos que hay en Estados Unidos y que mandan de verdad.

Modelo Zaplana: Donde pone Zaplana puede poner Taguas, Narcís Serra, Javier de Paz, Schröder o todo aquél que se haya dedicado a amasar dinero a espuertas en la empresa privada. ¿En qué multinacional tendría Clinton su lugar perfecto? La senadora por Nueva York ya hizo sus pinitos en su día como miembro de la Junta Directiva de los grandes almacenes Wal-Mart, los reyes del autoservicio. Tal vez ahora podría probar suerte en el mundo de la industria cinematográfica: la ex primera dama seguramente se llevaría una cuantiosa suma de dinero por vender los derechos de la versión a lo 'Apocalipsis Now' de su viaje a Bosnia). Éxito de taquilla asegurado.

Modelo Bill Clinton: Sí, ¿por qué no? Su propio marido es el perfecto ejemplo a seguir. Clinton es uno de esos gurús políticos que mejor ha sabido reiventarse en un nuevo oficio: dar conferencias por todo el mundo por un módico precio de entre 100.000 y 350.000 dólares. Según las cuentas públicas de los Clinton, en los últimos siete años el matrimonio acumuló un patrimonio de unos 109 millones de dólares. De esta suma, un total de 80 millones correspondían al ex presidente en concepto de ponencias y publicaciones de libros. Gran parte de este dinero ha ido a parar a la campaña de Hillary pero, teniendo en cuenta el actual estado de sus cuentas, no le vendrá mal seguir los pasos de su marido y empezar a rajar cuanto antes para pagar sus deudas.