En la máquina tragaperras de Google

Todos nos preguntamos cómo funciona la máquina tragaperras de Google. Algunos –los anunciantes y Wall Street, en particular- se quejan a menudo de que se parece demasiado a una caja negra.

Los datos que allí se tratan serían calificados de top secret si perteneciesen al gobierno de los Estados Unidos. Pero Miguel Heft, periodista del New York Times, ha sido de hecho recibido por "los humanos" encargados de garantizar que la máquina funcione y que entren los ingresos.

Heft no revela secretos, pero la información es útil. Por ejemplo, el hecho de que los miembros del equipo en cuestión hayan comprendido enseguida que no basta con satisfacer a los que más pagan. Es esencial –para la compañía que sólo cobra cuando un usuario hace clic en un anuncio- tener en cuenta el número de clics. La inversión depende por tanto de estos dos factores.

De ahí este sistema sofisticado que se basa además en una mesura escrupulosa y constante de todo lo que ocurre en el sistema.

Esto es lo que permite a los humanos en cuestión comprender que las abundantes lluvias en Inglaterra tienen un impacto positivo, pues inducen a la gente a quedarse en casa, mientras que unas lluvias excesivas en China son malas, porque conllevan cortes de electricidad.

Complicado, como os decía… pero el artículo es interesante y fácil de leer.

Quienes estén interesados sobre todo en el aspecto "búsqueda" -en el sentido de "search engine" [motor de búsqueda]-, leerán con interés esta nota publicada por CNet elaborada a partir de una presentación reciente de Marissa Meyer, vicepresidenta de Google responsable de búsquedas. En ella encontraréis información suplementaria sobre la complejidad de la propuesta, por ejemplo, por qué la gente dice preferir que le ofrezcan más resultados en la primera página, pero se limita a 10 cuando se le da a elegir.