Las maravillosas explosiones de José Tomás y de Miguel Ángel Perera

Madrid.-  Las maravillosas explosiones de toreo de José Tomás y de Miguel Ángel Perera en la Feria del Aniversario han dado carácter histórico a un ciclo corto e intenso por estos y otros "sucesos" también con notables protagonistas.

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Seis días en los que la sombra de José Tomás ha sido la clave, inundándolo todo antes incluso de su actuación, por la expectación que levantó lo que iba a ser su regreso a esta plaza tras seis años, y mucho más una vez consumada la proeza de cortar cuatro orejas.

Han pasado 36 años desde la tarde del 22 de mayo de 1972, cuando Palomo Linares hizo también historia con cuatro orejas y un rabo, incluso el mexicano Curro Rivera en la misma corrida con cuatro orejas.

Y otra fecha, ocho años antes, el 20 de mayo de 1964, guardada como reliquia en la historia del toreo, se asemeja a lo que pasa ahora con Tomás. Fue la confirmación de Manuel Benítez "El Cordobés". España entera se paralizó para verla en directo por la televisión en blanco y negro de la época.

Aunque la verdadera similitud no está precisamente en la coincidencia televisiva dado que uno de los misterios de Tomás es no dejarse televisar, algo que algunos interpretan como estrategia para negociar unos astronómicos emolumentos.

Lo cierto es que los medios de comunicación del mundo, de países con tradición taurina o no, están pendientes del fenómeno Tomás, como ocurriera con Benítez. Y crece la expectación en torno a él por esta apoteosis última. Las tribunas especializadas agotaron los calificativos ensalzándola, por supuesto en grado superlativo al referirse a su quietud y 'despaciosidad', su singular y proverbial forma de torear.

Y ahora, lo que está por venir, pues el próximo domingo, 15, se anuncia otra comparecencia del mítico torero.

Por todo lo que pasa con José Tomás tiene asimismo mucha importancia el firme competidor que le salió un día después en el mismo escenario: Miguel Ángel Perera, cuyo estilo compendia entrega y pasión, arte, sentimiento y dominio, valor y arrebato, tanto como para definirle como el más directo rival del "otro". Perera se llevó las dos orejas de un mismo toro por una faena que ya está también en los anales.

Siendo tan extraordinario lo que ambos toreros han demostrado, y el morbo que suscita la posibilidad de una competencia entre ellos -hay que forzar a los empresarios para juntarlos en un mismo cartel ya sea en mano a mano o formando terna con los Ponce, Juli, Castella, El Cid y Morante, sin olvidar a Manzanares, Talavante, Cayetano.., seguro que están todos al acecho y "calientes" como nunca-, conviene resaltar igualmente las hazañas en esta misma Feria de alguno de los citados entre guiones.

Punto y aparte merece el arte de "Morante", por su mágico y arrebatador capote -hacía tiempo que no se veía una actuación tan completa e inspirada de capote-, y por su misteriosa y perfumada muleta. Fue una pena que el toro de Núñez de Cuvillo al que le cortó una oreja no aguantara la intensidad del último tramo de una faena que iba camino también del doble trofeo.

Con "Morante", la misma tarde, un ilusionante Cayetano, que confirmó la alternativa con triunfo también de oreja en su segundo astado -extraordinario sobrero de Victoriano del Río-, demostrando que la personalidad de su estilo, y su misma disposición, le despejarán el camino a las plazas y ferias más importantes.

De igual manera Talavante defendió su candidatura a un puesto puntero con su toreo de quietud, ajuste y verdad, que le valió cortar una oreja que revaloriza su ya importante cotización.

Valiente, entregado y artísticamente muy ordenado, Tejela no tuvo el reconocimiento material del trofeo porque se lo negó el presidente de turno tras una faena muy sincera a un toro de Pereda con mucho "carbón".

Hay que pasar en bloque por los nombres de Aparicio, "El Juli" y Castella, que mataron toros de Garcigrande (lo apropiado sería 'garcichica') remendada la corrida con tres de Peñajara, indecente encierro que no dio la talla ni de presencia ni de juego.

La tarde del as Tomás dejaron destellos Conde, por arte, está claro, y el confirmante Luque, por dispuesto y capaz, aunque ninguno resolvió. Como "El Cid" con un lote deslucido el día de "lo" de Perera. Sin toros, pero con ánimo, Manzanares, Uceda y Abellán.

Lo de los rejones parece una broma, de mal gusto, naturalmente. Puerta Grande barata para Ventura que sumó tres apéndices por un espectáculo centrado casi exclusivamente en los "efectos especiales". Cartagena se llevó una oreja por una faena con menos méritos que otra que no le premiaron. El mejor, Galán, perdió la Puerta Grande al no rubricar en la suerte suprema una actuación clásica y pura, aunque ganó un trofeo del toro anterior.

Recalcar, por último, la calidad de los toros de Núñez del Cuvillo, y sobre todo de Victoriano del Río.