El gasóleo, otro problema más de una montaña que comenzó con la anchoa

Santoña.-  Los armadores, patrones y pescadores de Cantabria defienden que es necesaria una huelga del sector para que el Gobierno les escuche y busque una solución a la subida de los precios del gasóleo, aunque aseguran que el carburante es sólo otro problema de "una montaña" que comenzó con la veda de la anchoa.

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(EFE)

Pescadores de Santoña realizan labores de mantenimiento en sus barcos, mientras la flota pesquera de Cantabria permanece, desde hoy, amarrada a puerto en protesta por el precio del gasóleo.

La pesca es uno de los principales sectores económicos de Cantabria, en especial de la zona oriental de la comunidad autónoma y de uno de sus puertos emblemáticos, Santoña, una localidad de 11.500 habitantes que vive y se mueve en torno a esta profesión, tanto en su parte extractiva como manufacturera.

Los barcos pesqueros de Santoña se encontraban hoy amarrados a puerto como el resto de la flota de Cantabria, después de que las ocho cofradías de la región (más de 400 barcos) hayan decidido parar hasta que se busque una solución a la subida de los precios del gasóleo.

Pero estar parados en esta jornada por la huelga, sólo supone para la mayoría de los barcos de Santoña sumar un día más a los casi 50 que llevan sin salir al mar "porque el pescado ya no vale nada", según ha reconocido a Efe el armador del "Noche de Paz", Manuel Vinatea Fernández, hijo del patrón mayor de la cofradía local.

Pablo Argos, patrón mayor del "Ermita Pilar", cuenta con 16 marineros a su cargo que llevan 50 días sin pescar y, por lo tanto, sin trabajar. Para ellos, esta huelga sólo supone la acumulación de un nuevo problema "a la montaña que comenzó con la anchoa".

La costera de la anchoa y del bonito eran para la flota del Cantábrico las que más beneficios reportaban, pero son ya cuatro años los que el sector lleva sin poder ir a bocarte ante el cierre del Golfo de Vizcaya (por la falta de esta especie) y cada vez es "más complicado" pescar bonito.

Poner en marcha su barco para salir a la costera del bonito le cuesta a Manuel Vinatea hijo 3.000 euros al día y repostar los 50.000 litros de combustible que tiene la embarcación le lleva a gastar 40.000 euros, casi el doble del año pasado, cuando cargar de combustible el "Noche de Paz" eran 24.000 euros.

Por ello, asegura que aunque no se logre nada con la huelga "al menos" no se está gastando. "No ganamos, pero no gastamos", dice este armador, que recuerda que el sector en Santoña está desde abril "sin llevar dinero a casa".

El problema de armadores y patrones se incrementa en el caso de los pescadores, cuyo sueldo depende de que se vaya a pescar.

La situación en el sector ha llevado a muchos pescadores de Santoña a "irse a tierra" a buscar un trabajo, ya que no pueden seguir días y días sin cobrar un sueldo y sin hacer frente a sus gastos y a los de sus familias, según comentaba a Efe uno de los que aún sobreviven en el sector.

Este pescador, inmigrante peruano, cree que la situación del sector no se debe a la subida del gasóleo o a que a se reduzcan las capturas, sino al sistema de venta que existe en las lonjas españolas, donde tradicionalmente el pescado se subasta a la baja.

Después de haber trabajado como pescador en cinco países en todo el mundo, este hombre asegura que en ningún sitio ha visto que sea el comprador quien fije el precio del pescado. "Hay que repercutir el precio del gasóleo en el mercado", ha considerado.

El responsable del "Ermita Pilar" está de acuerdo en que este sistema es "uno de los problemas de la montaña de problemas" que tiene el sector, pero como también dice el vicepresidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria y patrón mayor de San Vicente de la Barquera, Rodolfo Iglesias, "es el que hay".