Naruhito inicia un emotiva visita a Brasil al cumplirse 100 años de inmigración

Brasilia.-  El príncipe heredero del trono japonés, Naruhito, comenzó hoy una visita de ocho días a Brasil en una jornada emotiva y cargada de simbolismos, en la que se cumplieron 100 años de la llegada de los primeros inmigrantes nipones al país.

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(EFE)

El príncipe heredero de Japón, Naruhito (i), recibe junto al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (d), honores militares a su llegada hoy, al Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, donde participará en un acto para celebrar el primer centenario del comienzo de la inmigración nipona a este país.

Con el protocolo y pompa de una visita de Estado, Naruhito fue recibido en el Palacio presidencial de Planalto por el jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien encabezó un homenaje a los primeros 781 japoneses que llegaron a Brasil y desembarcaron en el puerto de Santos el 18 de junio de 1908.

Le esperaban en palacio unas 500 personas, entre ellas muchos familiares de aquellos pioneros, que llegaron a Brasil contratados como mano de obra barata para trabajar en las entonces prósperas haciendas cafeteras del estado de São Paulo.

En un breve discurso, el príncipe evocó la epopeya y las penurias de esos japoneses durante el viaje desde el puerto de Kobe y con la adaptación a un país desconocido.

"Fueron asentados sin tener nociones suficientes sobre el lugar al que habían llegado y debieron superar las barreras del ambiente, las vivencias, la lengua y una cultura totalmente diferentes", dijo.

Junto a Lula, el heredero del trono del Imperio del Sol Naciente destacó especialmente que, "pese a una situación tan rigurosa como esa, los inmigrantes sumaron sus esfuerzos sin perder la esperanza ni los sueños y fueron integrados a la comunidad" brasileña.

A su turno, Lula reconoció que "los japoneses llegaron al país con esperanza en el futuro", pero también para "ayudar a construir Brasil".

Recordó que esos pioneros originaron la que hoy es la comunidad japonesa más numerosa en el exterior, con cerca de 1,8 millones de personas, que luego dio lugar a un fuerte flujo de descendientes de nipones nacidos en Brasil hacia Japón, donde actualmente viven unos 320.000 brasileños.

"El sueño de esos brasileños que viven en Japón es el mismo de los japoneses que llegaron a Brasil: la felicidad, la integración y ayudar al progreso de un país", indicó Lula.

Durante el acto fueron presentadas una medalla y un sello postal en conmemoración de la fecha y se rindió homenaje a los familiares de los primeros inmigrantes, así como a personalidades que han ayudado a consolidar las relaciones entre ambos países.

Tras esa ceremonia, el príncipe tuvo un encuentro con japoneses que residen en Brasilia, en su mayoría campesinos que llegaron a la región central del país hace cinco décadas, animados por el futuro que ofrecía la construcción de la nueva capital.

Luego visitó la sede del Congreso, donde fue celebrada una sesión solemne en la que fue sorprendido con la transmisión del audio de un discurso pronunciado en ese mismo plenario por su padre, el actual emperador Akihito, el 23 de mayo de 1969.

El príncipe agradeció el gesto emocionado y luego escuchó las palabras de los diputados William Woo y Hidekazu Takayama, dos de los parlamentarios brasileños que descienden de japoneses, quienes se dirigieron a Naruhito en su lengua.

Después del acto en el Congreso, Naruhito tenía previsto asistir a una cena organizada en su homenaje por el presidente Lula en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que será precedida por un gran espectáculo de fuegos artificiales.

Naruhito viajará mañana a São Paulo, donde reside la mayor parte de la comunidad japonesa en Brasil, se editan dos diarios en japonés y la comida nipona compite con la "feijoada" típicamente brasileña o la pasta italiana.

El sábado, en el que promete ser uno de los momentos más emotivos de la visita, el príncipe asistirá a un acto en el puerto de Santos, donde hace 100 años llegaron los pioneros de la inmigración.

Naruhito visitará el domingo las ciudades de Londrina, Maringá y Rolandia, en el sureño estado de Paraná, y el lunes viajará a Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.