Radiografía del mercado europeo de carbono

Los primeros datos sobre el comercio intra-europeo de derechos de emisión de CO₂ están ya disponibles, y los primeros análisis indican la existencia de flujos importantes de derechos y dinero de unos estados miembro a otros. En el mercado del carbono, Francia, República Checa y Polonia son los mejor parados y España, uno de los más contaminantes con una importaciones netas de unas 41 millones de toneladas de CO₂ valoradas en unos 338 millones de euros, en el periodo comprendido de 2005 a 2007, ambos años inclusive.

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Permítanme resumir brevemente cómo funciona este invento. Cada Estado miembro tiene derecho a que su industria emita un cierto número de toneladas de CO₂, que reparte como considera más oportuno entre sus empresas (principalmente eléctricas, pero también refinerías, cementeras, y algunas otras).

Estas cuotas nacionales se asignaron teniendo en cuenta el nivel de emisiones y de renta de los países miembros hace ya 15 años, y en consecuencia de los cambios de entonces hasta ahora, hay países (y empresas dentro de estos países) con exceso de cuota y otros con déficit. Estas cuotas se miden en 'derechos de emisión', donde un 'derecho' significa el derecho a emitir a una tonelada de CO₂. Como los 'derechos' se pueden comprar y vender, se ha creado un mercado y como consecuencia ha aparecido un precio del CO₂.

Para organizar y fiscalizar este mercado, las diversas empresas deben justificar que tienen los 'derechos' correspondientes a sus emisiones, sea porque le fueron inicialmente asignados o porque los adquirieron posteriormente. El organismo ante el cual lo justifican es el llamado Registro Independiente de Transacciones de la Comunidad (CITL por sus siglas en inglés), que ha hecho recientemente pública parte de la información recibida.

El análisis de los datos muestra que los mayores exportadores son Francia (282 millones de euros), República Checa (267 millones) y Polonia (187 millones). La posición de Francia es fácil de explicar: con un parque nuclear capaz de suministrar el 80% de su electricidad, y siendo el resto principalmente hidráulico, tiene un sector eléctrico ya prácticamente descarbonizado. Está, por lo tanto, estructuralmente en una posición privilegiada. Polonia y la República Checa tienen, en cambio, una importante proporción de carbón en sus carteras de generación. Sin embargo tienen también muy generosas cuotas de emisión, negociadas en la época de su acceso a la Unión Europea. Conforme su sector eléctrico se ha ido volviendo más eficiente, una parte de esta cuota se ha liberado y aparece ahora como un excedente capaz de ser exportado.

En el otro lado, los mayores importadores son el Reino Unido (704 millones de euros), España (338 millones) e Italia (310 millones). En los tres casos se trata de países pertenecientes a la 'Vieja Europa' que asumieron compromisos ambientales importantes y con una parte mayoritaria de su cartera de generación basada en combustibles fósiles. En el caso de España conseguimos una cuota inicial bastante favorable, que, una evolución muy mala en la eficiencia energética de nuestra economía durante la última década, ha echado a perder.

Insistiendo en el caso español, el actual sistema supone haber comprado cada año unos 14 millones de toneladas de CO₂ por valor de unos 110 millones de euros. Es decir, algo menos de un kilogramo por habitante y día, y de 2,5 euros por habitante y año. Y esto con un precio bajo de los derechos, y una gran parte de las emisiones (las de los llamados 'sectores difusos', principalmente el transporte y la residencial) fuera del mecanismo de emisiones. Sectores en los que el desempeño español es claramente peor que el de nuestros socios y vecinos…

*Julián Barquín, profesor en la Escuela de Ingeniería (ICAI) e investigador del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas.

(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).