El campeón más "holandés" frente al nuevo Barcelona de Guardiola

Madrid.-  El Real Madrid, campeón las dos últimas temporadas, repite curso como favorito, avalado por los números de la anterior campaña y por su épica conquista de la Supercopa, pero sin haber trasladado al resto la sensación de que no necesita refuerzos.

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(EFE)

En la imagen, el delantero holandés del Real Madrid, Ruud Van Nistelrooy, y el jugador del Barcelona FC Alexander Hleb.

En la Liga post-Eurocopa, la primera en mucho tiempo que afronta la afición eufórica tras el éxito de su selección, pone de nuevo al frente a los de Bernd Schuster, por delante de un Barcelona que ha recuperado el ánimo de la mano de Pep Guardiola y que aventaja a un incierto grupo de equipos que quieren ser la alternativa.

Con un año de experiencia, después de ganar con solvencia la anterior Liga, con plusmarca de puntos sobre el Barcelona incluida, y a la heroica la Supercopa, tras remontar al Valencia con nueve jugadores, el Madrid debiera ser un conjunto más potente, que ha asimilado perfectamente lo que el técnico quiere de él y no necesita más que retoques.

Eso es, al menos, lo que se ha tratado de trasladar a la afición desde su directiva, pero el desenlace del "culebrón Ronaldo", con el jugador portugués dando marcha atrás en el último momento, y la aparición en sentido contrario del "caso Robinho", han dejado cierta nostalgia de estrellas entre la hinchada.

La afición, que acabó cansada de la época galáctica, echa de menos ahora un fichaje de relumbrón, porque el holandés Rafael van der Vaart, un buen jugador de complemento, no colma sus exigencias.

El Real Madrid pierde carga brasileña, con la marcha de Julio Baptista al Roma y, la probable, de Robinho al Chelsea, y se vuelve más "holandés", con hasta seis jugadores de la selección 'oranje' en su plantilla.

Debuta, además, en un campo que no le trae buenos recuerdos. El Madrid no gana en Riazor desde 1991, lo que añade morbo al comienzo del campeón.

Su máximo rival vuelve a ser el Barcelona, que terminó deprimido la pasada campaña y en poco más de tres meses ha recuperado el pulso, gracias a los nuevos aires que le ha dado Pep Guardiola.

Guardiola, la arriesgada apuesta de Joan Laporta para reconducir una crisis que a punto estuvo de llevársele por delante, ha conseguido transformar en esperanza lo que antes era drama.

Acometió una renovación que tuvo como principales víctimas a Ronaldinho, al que envió a Milán, y al portugués Deco, que recaló en el Chelsea, y perdonó a Samuel Eto'o, después de que el camerunés le convenciese de sus buenas intenciones durante la pretemporada.

Ha hecho cinco fichajes (Dani Alves, Gerard Piqué, Martín Cáceres, Seydou Keita y Aleksandr Hleb), que salvo en el caso del primero no tienen categoría de estrellas, pero la apuesta de Guardiola ha gustado este verano.

Tras Real Madrid y Barcelona, el grupo de los conjuntos que pueden aspirar a considerarse alternativa es más incierto.

A éste se postula el Villarreal, subcampeón la pasada campaña, que ha completado su plantilla con el ex barcelonista Edmilson, el argentino "Caño" Ibagaza y el goleador Joseba Llorente como fichajes más atractivos.

Pero Atlético, Valencia y Sevilla tampoco descartan subirse al carro de los ganadores.

Sobre los primeros pesa la duda de si podrán mantener un alto nivel en la Liga y en Europa, mientras que el Valencia apuesta a que la tranquilidad institucional y la llegada de Unai Emery al banquillo sean suficientes para devolverle a la lucha por el título.

Queda el Sevilla, que ha hecho caja con la venta del marfileño Keita (al Barcelona) y del danés Poulsen (al Juventus) y lo ha invertido en jugadores de refuerzo (Romaric, Konko, Squillaci) con la esperanza de que, sin los avatares de la pasada temporada, puede volver a ser el conjunto que peleó de igual a igual con Real Madrid y Barcelona.