La extraña pareja

La nueva cabecera hacía presagiar un programa espeluznante: una mujer momificada, con las reparaciones veraniegas de chapa y pintura aún frescas, camina por la calle entre efectos neblinosos y luces tamizadas. ¿El fantasma de la Ópera? ¡No, el retorno de Ana Rosa, la envidiosa! Como la Campos invitó en su primer programa a Zapatero, ella hizo lo propio con Rajoy y, además, con el Pocero. Una bomba de relojería. La pareja perfecta: recuerden que un primo del aspirante a presidente del Gobierno (el meteorólogo no, otro), intentó secuestrar en abril a un hijo del constructor. La cosa prometía…

Tras abrir boca con tres noticias sangrientas, introducidas por el necrófilo habitual (Nacho Abad), una promo presentó al primer invitado: "un empresario urbanístico al que conocemos por sus actos solidarios".

Ahí estaba Paco el Pocero, sentadito en su butaca y con cara de no haber roto un plato. Presumiendo de haberse hecho a sí mismo, de haber pasado hambre, de no haber ido al colegio, de haber aprendido a leer a los 30 años, de haberse duchado por primera vez a los 22 años. ¡Pobre Pocero! Afortunadamente el Todopoderoso supo compensar tamañas injusticias: "Dios me ha dado este don: tengo que ser empresario". Una de sus frases más hermosas, junto a "leo mal y firmo mal, pero todas las obras las he ideado yo" y "Soy muy creyente: mi padre y Dios".

Pero si tuviese que elegir, me quedaría con otra. Porque Francisco Hernando es un visionario que, de no haberse dedicado a construir ciudades en lugares donde no hay agua, sin duda hubiese terminado siendo Ministro de Trabajo: "Esto que voy a decir lo dice un empresario, no un pintamonas: yo acabo con el paro en este país en tres meses. ¿Cómo? Pues liberando el suelo, eso es lo que tienen que hacer".

El Pocero fue al programa de Ana Rosa para dar pena, por un lado, y para largar su rollo sobre Seseña. "Las grandes ciudades se hacen en el campo. Ahí es donde se hace el urbanismo controlado", dijo el bueno de Paco, que quería hacer esta gran obra como homenaje a su padre, "que en paz descanse".

Con ideas tan innovadoras como éstas, queridos lectores, no es extraño que el Pocero se haya ganado un hueco entre la flor y la nata de nuestra sociedad. Ayer estuvo en Telecinco, pero el sábado se le pudo ver en la página 58 del diario El Mundo divirtiéndose en "la gran fiesta del verano en Asturias", organizada por un oftalmólogo y con Rodrigo Rato, el alcalde de Oviedo y José Oneto como compañeros de canapés. ¿Dónde tendrá lugar la nueva escala de Paco en su carrera hacia la gloria? ¿Marbella? ¿La presidencia de la Comunidad de Madrid? ¿Alhaurín de la Torre?

Salpicando la entrevista, breves reportajes contaban las virtudes y bondades del Pocero. Ninguno tenía la banda sonora que el tema y el personaje reclamaban a gritos: Paco Ibáñez cantando el grandioso 'Lo que puede el dinero' de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita:

"Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;

Al torpe hace discreto, hombre de respetar,

hace correr al cojo al mudo le hace hablar;

el que no tiene manos bien lo quiere tomar.

También al hombre necio y rudo labrador

dineros le convierten en hidalgo doctor;

Cuanto más rico es uno, más grande es su valor,

quien no tiene dinero no es de sí señor".

Decepción indescriptible: cuando llegó Rajoy, Paco ya debía estar en Seseña bebiendo agua embotellada. No se produjo el esperado careo, el Tyson-Evander Holyfield entre dos de los pesos pesados del pensamiento ibérico…

Pocero: ¡Dile a tu primo que como vuelva a intentar secuestrar a mi hijo le voy a romper las piernas! ¡A él y a ti!

Rajoy: ¡La culpa es de Zapatero! ¡La inseguridad reina en las calles, la justicia no funciona, sube el paro, quiere desenterrar a los muertos!

Pocero: ¡La culpa será de quien sea, Mariano, pero como tu primo se vuelva a meter con mi hijo la hostia te la voy a calzar a ti!

¡Qué momento televisivo histórico, con audiencias sin parangón, hubiese supuesto verles dándose mamporros por los pasillos de Telecinco! Robado ese instante sublime, la entrevista al líder del PP fue como el resto de entrevistas al líder del PP: una pérdida de tiempo.

Exit Strategy of the Soul.

Un motivo para no ver la televisión

Ron Sexsmith.

Cd: Exit Strategy of the Soul.

Ronboy Rhymes / Nuevos Medios.

Sexsmith es un cantautor canadiense de culto. Después de diez discos, y de recibir elogios de compositores de la talla de Elvis Costello, John Hiatt o Paul McCartney, sigue sin conseguir un éxito que le saque de las catacumbas. No importa: pocos músicos pueden presumir de no haber escrito jamás una mala canción.

Sexsmith es un compositor increíble que vive en el lado oscuro de la melodía. Amigo de la tristeza y la melancolía, ha trabajado con Steve Earle y Ray Kennedy en el magnífico 'Blue Boy' y con Danil Lanois en el imprescindible 'Ron Sexsmith'. Su nuevo disco es una nueva apología del pop sencillo, en el que se mezclan pianos suaves con guitarras folk.

En 'Exit Strategy of the Soul' se puede escuchar a un cantante intimista, austero en instrumentaciones, con temas que jamás alcanzan los cuatro minutos de duración. Su voz, su referencia, un susurro.

Aquí dejo otras canciones de Sexsmith que merece la pena escuchar:

• Secret Heart
• Right About Now
• Words We Never Use