Barcelona quiere motos, obras y aires acondicionados menos ruidosos

Barcelona.-  La ordenanza de ruido que aprobará el ayuntamiento de Barcelona en 2009 prevé rebajar la contaminación acústica permitida a las motos (de 98 a 91 decibelios), controlar la instalación de aires acondicionados, que requerirán un permiso previo, o evitar que los domingos haya obras en la calle.

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(EFE)

Una pareja monta una Harley Davidson, en el recinto ferial de Montjuic.

Además, la futura normativa, que el consistorio debatirá en los próximos meses con operadores y entidades de la ciudad, incorpora como propuesta la instalación de limitadores acústicos de música en todos los establecimientos de ocio nocturno y el control del uso de las sirenas de los vehículos de emergencia, para que no superen los 95 decibelios y no se utilicen de forma indiscriminada y, por ejemplo, dejen de sonar a cien metros de los hospitales.

La edil de medio ambiente, Imma Mayol, ha explicado en rueda de prensa que junto a la nueva normativa, que recogerá en un único texto toda las ordenanzas sobre ruido, el ayuntamiento pondrá en marcha un plan de acción contra la contaminación acústica -como obliga la UE a las ciudades mayores de 250.000 habitantes-, en el que invertirá 112 millones de euros en los próximos cinco años.

La ordenanza incidirá en aquellas áreas que más molestan a los ciudadanos, como las obras en la calle, y así la propuesta inicial es que el horario permitido para las mismas sea de 08.00 a 21.00 horas, de lunes a sábados (en vez de 08.00 a 22.00 horas todos los días de la semana), y que sólo las actuaciones de urgencia, o las de interés general -como las del túnel del AVE- estarán exentas.

El ayuntamiento quiere regular asimismo los generadores eléctricos y la maquinaria que utilizan las obras callejeras, para que se opte siempre por las menos ruidosas.

En cuanto a los aires acondicionados domésticos, la futura normativa, que no tendrá un carácter retroactivo, obligará a los ciudadanos a pedir un permiso municipal en el que se informe de dónde se ubicarán las máquinas -para evitar que se coloquen en patios interiores- que deberán ir encapsuladas en un armazón, y conllevará también la implicación de las empresas instaladoras.

"Queremos una norma clara y exigente", ha explicado la edil, para quien la futura ordenanza ha de permitir a la administración ser operativa para poder actuar y anticiparse a las quejas ciudadanas, como posibilitarán los limitadores acústicos de los bares.

Mayol ha indicado que Barcelona se ha dotado además de un nuevo mapa de ruido, elaborado a partir de centenares de mediciones ambientales realizadas en la calle.

Esto ha permitido comprobar que prácticamente la mitad de la ciudad (48,27%) se encuentra en la zona de sensibilidad acústica alta -es decir óptima, entre 45 y 60 decibelios-, que un 32,61% está en zona de sensibilidad moderada (entre 55 y 65 dc) y un 19,21% en áreas de sensibilidad baja (entre 58 y 70 dc).

El 97,4% de las calles se encuentran en el nivel tolerable de ruido durante el día, aunque la media baja al 88,5% por la noche.

Las zonas más conflictivas por ruido durante el día son algunos barrios de Sarrià-Sant Gervasi, donde, a consecuencia del tráfico (generado por las rondas y la circulación en torno a los colegios) más de un 10% del distrito rebasa el llamado nivel de "superación", mientras que los de Nou Barris y Horta son los más tranquilos.

Por la noche, además de Sarrià-Sant Gervasi, los distritos con un porcentaje mayor de superación son los de Ciutat Vella y Gracia, como consecuencia del ocio nocturno.

El consistorio quiere que cualquier planificación urbanística conlleve un plan sobre su influencia en la contaminación acústica, y exigirá a las nuevas actividades económicas un estudio del impacto acústico.

En este sentido, Mayol ha apuntado que el consistorio, además de incrementar las inspecciones en el sector privado, dará ejemplo, y así la nueva contrata municipal de residuos incorpora requisitos para que se utilicen vehículos eléctricos y mecanismos más silenciosos en la recogida.