El "ciclón Perera" arrasa también en Valladolid

Valladolid.-  Otra Feria más para Miguel Ángel Perera, la recién finalizada de Valladolid, en la que ha vuelto a proclamar sus irrefrenables aspiraciones de hacerse con el mando absoluto del toreo: seis orejas en dos tardes hablan por si solo.

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(EFE)

El diestro Miguel Ángel Perera dando un pase con la muleta durante la corrida celebrada el pasado día 4 en la localidad vallisoletana de Íscar.

Por su capacidad también en todos los ordenes, desde el artístico al meramente técnico, pasando por la postura de la ambición. Por eso a Perera "le sirven" todos los toros, y lo prueba el hecho de que las dos primeras orejas se las cortó a un sobrero de "La Palmosilla", ganadería que el día antes había lidiado una corrida a todas luces sin posibilidades para los toreros. Curioso, y elocuente: a él sí le embistió un toro de esta divisa.

¿El secreto? La forma de buscar el triunfo, entiéndase, la colocación, pisando unos terrenos que otros ni sueñan, y dejando el toro muy crudo en varas, no permitiendo la carnicería de esta suerte que tantas veces hace inalcanzables las faenas. También por esto último Perera es ahora mismo el torero más deseado por los ganaderos, ya que cualquier toro en manos del extremeño desarrolla más y mejor sus cualidades.

A Perera, en fin, no le ha hecho sombra nadie en Valladolid. Aunque la Feria tuvo también otros nombres sobresalientes, por ejemplo el de Enrique Ponce, que sin cortar trofeos por culpa de la espada, se acercó a la perfección con una faena de muchos quilates a un dificilísimo sobrero de "Los Bayones".

Muy bien igualmente el todavía modesto torero de la tierra Leandro Marcos -"Leandro" a secas, como ha empezado a anunciarse en los carteles-, prodigio de torería en dos faenas muy distintas en base a las condiciones de los toros que lidió, y en las que dejó muy claro cuáles son sus objetivos. Una pena que no anduviera fino con la espada en los dos trasteos, aunque así y todo cortó sendas orejas con las que abrió la Puerta Grande, camino de un futuro que se adivina en él muy esperanzador.

También "Joselillo", torero asimismo local, ganó los honores de la salida a hombros, aunque su faena premiada con doble trofeo contó con el respaldo de un entusiasmo un tanto ficticio, ya que estuvo precedido por el malhumor que había provocado en el tendido una pésima actuación de "Morante de la Puebla", y en parte fue para "castigar" a éste. A "Joselillo", no obstante, hay que reconocerle su valor y buenas formas en la interpretación.

A favor de corriente por aquello del paisanaje nadó también el vallisoletano Manolo Sánchez, que con los destellos de su fino estilo cortó una oreja. Faena sin redondez premiada asimismo con un trofeo "barato", hasta el punto de que se abstuvo de pasearlo en la vuelta al ruedo, a cargo de Sebastián Castella. Sin embargo, Manzanares toreó con gusto y despaciosidad para arrancar el mismo trofeo.

"El Cid" disfrutó mucho, haciendo un toreo de mucho aplomo, en otra faena orejeada. A José Tomás le dieron la oreja "del campeón" pedida por sus cegados incondicionales. Y algo parecido ocurrió con el popular "Fandi".

En una larga lista que forman los que se fueron de vacío, destaca "El Juli" por la raza y el amor propio que le echó a dos toros imposibles. También "El Fundi" quiso mucho. Y para los demás hay pocas excusas. Son: López Chaves, Javier Valverde, "Morenito de Aranda", Aparicio, Talavante y Urdiales. "Morante" como si no hubiera estado.

En la novillada se salva la disposición de "Josete", aunque el que "tocó pelo" fue Román Pérez sin nada de otro mundo, mientras que José Manuel Mas también decepcionó. Y en la de rejones, clamoroso triunfo de tres orejas para Andy Cartagena, cumplió con un trofeo Pablo Hermoso de Mendoza, y pasó de puntillas Joao Moura.

Una feria que tuvo muy buen planteamiento, sin ningún nombre de de relleno. Aunque en el plano ganadero se notaron más descuidos. De hecho no han embestido muchos toros, y ni una corrida completa.